Este jueves 13 de junio, elementos de la policía capitalina localizaron a un menor de edad que había sido reportado como desaparecido en la alcaldía Tlalpan. Sin embargo, las circunstancias de su hallazgo han abierto una investigación más profunda, ya que el menor aseguró que había huido de su casa debido a la violencia familiar que sufría junto con sus hermanos menores.
La desaparición fue reportada el pasado 10 de junio por la directora de una escuela secundaria ubicada en la calle Querétaro, en la colonia Miguel Hidalgo, Segunda Sección.
Según la directora, una madre de familia le informó que su hijo no había regresado a casa, solicitando el apoyo del centro educativo. Se reportó que el menor había sido visto en un parque de la colonia Miguel Hidalgo, Primera Sección, lo que llevó a los policías a tomar conocimiento del caso y confirmar que el joven tenía una ficha de búsqueda activa.
Los uniformados se desplazaron a la zona y realizaron recorridos exhaustivos. Finalmente, localizaron al menor en una barbería en la calle Leona Vicario. Al acercarse a él, el adolescente de 13 años expresó que no quería regresar a su hogar debido a la violencia familiar que sufría, al igual que sus hermanos menores.
Los policías resguardaron de inmediato la integridad física del menor y lo trasladaron a la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (FIPEDE). Paralelamente, contactaron a la madre del niño, quien al verlo lo abrazó efusivamente, mostrando una mezcla de alivio y preocupación.
El Código Penal de la Ciudad de México, en sus Artículos 343 bis, 343 ter y 343 quáter, establece sanciones severas para quienes cometan el delito de violencia familiar.
Estos artículos prevén penas de seis meses a cuatro años de prisión, pérdida del derecho de pensión alimenticia y la obligación de someterse a tratamiento psicológico especializado. La normativa abarca cualquier acto de dominio, control o agresión física, psicológica, patrimonial o económica, perpetrado por una persona con vínculos familiares o de pareja con la víctima.
La intervención de la policía y la fiscalía en este caso es crucial para garantizar la protección del menor y sus hermanos, así como para investigar y sancionar adecuadamente los actos de violencia familiar; es fundamental el papel de las instituciones educativas y las autoridades en la detección y prevención de la violencia en el hogar.