En la víspera del famoso Festival de San Fermín, conocidos por sus encierros de toros, un grupo de activistas de PETA, PETA Latino y AnimaNaturalis llevó a cabo una impactante protesta en la Plaza Consistorial. Los manifestantes, “cubiertos de sangre” y con cuernos de toro, se colocaron en dispositivos de tortura medievales para simbolizar el sufrimiento de los 60 toros que serán sacrificados durante los encierros y corridas de toros del festival.
De acuerdo con los activistas, este acto simbólico y provocador busca destacar el dolor que los toros experimentan, desde el encierro hasta su muerte en la plaza. Por ello, realizarán parte del trayecto que los toros recorren, subrayando la violencia inherente a estas festividades.
Mimi Bekhechi, vicepresidenta de PETA para Europa, declaró: “Cada año, toros aterrados son conducidos a través de las calles abarrotadas de Pamplona solo para padecer una muerte lenta y agonizante en la plaza de toros”. Bekhechi argumenta que la cultura y la tradición no justifican la crueldad y que es imperativo poner fin a estas prácticas.
Destacan violencia de las corridas
Las organizaciones afirmaron que la realidad de los festivales taurinos es sombría: “Decenas de miles de toros son asesinados anualmente en festivales taurinos alrededor del mundo. Durante estos eventos, torturadores a caballo le clavan al toro lanzas en la espalda y el cuello antes de que otros hombres le encajen banderillas en su espalda, infligiéndole un dolor agudo que impide su movilidad”.
Posteriormente, el matador intenta acabar con su vida atravesándolo con una espada, aunque a menudo debe recurrir a una daga para cortar la médula espinal, dejando al toro paralizado y, a veces, consciente mientras se le mutila y arrastra fuera del ruedo, señaló PETA Latino en un comunicado.
“El toro puede quedar paralizado, pero aún consciente mientras sus orejas o cola son cortadas y presentadas al matador como trofeo”
— PETA Latino
Por esta razón, PETA exhortó al público español a respaldar la Iniciativa Legislativa Popular #NoEsMiCultura, que busca revocar la designación de la tauromaquia como “patrimonio cultural” y permitir que las comunidades prohíban este tipo de eventos. Esta iniciativa es liderada por activistas de derechos de los animales en España y representa un esfuerzo significativo para acabar con esta práctica cruel y sangrienta.
