La película de Askold Kurov "Of Caravan and the Dogs" muestra cómo Rusia cerró los medios de comunicación independientes tras invadir Ucrania.La película "Of Caravan and the Dogs" ("De la caravana y los perros"), codirigida por Askold Kurov y un cineasta anónimo, fue rodada en las redacciones de diferentes medios de comunicación rusos.
A pesar de la escasa espectacularidad de los escenarios, el desgarrador documental permite al espectador ser testigo directo de los últimos clavos que se están poniendo en el ataúd de la prensa libre rusa.
DW conoció a Kurov cuando el cineasta presentaba "Of Caravan and the Dogs" en Berlín, durante el festival de cine Dokumentale. Muchos colaboradores del proyecto, incluido el codirector de la película, figuran como anónimos para evitar amenazas en Rusia. Kurov ha abandonado Rusia, no sólo por su trabajo como cineasta, sino también porque él y su pareja no se sentían seguros en su país de origen, ya que el movimiento LGBTQ ha sido incluido en la lista de organizaciones extremistas y terroristas.
El título de la película procede del discurso que dio el redactor jefe de Novaya Gazeta, Dmitri Muratov, durante la ceremonia en la que se le hizo entrega del premio Nobel de la Paz, en 2021. Las palabras de Muratov aludieron a un dicho que menosprecia el poder del periodismo, comparándolo con los perros que ladran a una caravana: "Los perros ladran, pero la caravana sigue adelante". Según Muratov, esa frase podría funcionar al revés: los perros, con sus ladridos, pueden ser, en realidad, los que permiten que la caravana siga avanzando.
¿Qué ocurre cuando los perros son silenciados?
La invasión de Ucrania, en febrero de 2022, aceleró el proceso de restricción de libertades civiles por parte del régimen de Putin. El documental realiza un seguimiento a la forma en que se puso fin, en menos de un mes, a las actividades principales de tres medios de comunicación: Eco de Moscú, TV Rain y Novaya Gazeta.
Asimismo, retrata la abrupta liquidación de "Memorial",una organización de derechos humanos que documenta los crímenes cometidos bajo el régimen de Stalin.
De los "barcos de filósofos" a los "agentes extranjeros"
Askold Kurov dice que la intención original de la película era seguir a diferentes organizaciones para establecer paralelismos entre los "barcos de los filósofos" de la Unión Soviética, aquellas naves de vapor en las que fueron expulsados más de 200 pensadores disidentes hace un siglo, y las actuales restricciones estatales bajo Putin.
Uno de los métodos modernos de Rusia para estigmatizar a los medios de comunicación independientes y a las organizaciones de derechos humanos es etiquetarlos como "agentes extranjeros". En una escena de la película, vemos a Dmitri Muratov enfrentarse al presidente Vladimir Putin, en octubre de 2021, por esta etiqueta de "agente extranjero".
El redactor jefe de Novaya Gazeta la describe como un "estigma" que se aplica arbitrariamente a los críticos con el régimen. En un video, Putin felicita a Muratov por su Nobel de la Paz, pero también desestima sus preocupaciones: "El peligro que se atribuye a esta ley es muy exagerado", dice el presidente ruso.
Leyes arbitrarias para silenciar a los críticos
Sin embargo, la organización "Memorial" fue precisamente clausurada en base a esta ley. Tras ser declarada "agente extranjero", acumuló sanciones por no marcar una serie de publicaciones en las redes sociales con su condición oficial de "agente extranjero". Finalmente, fue cerrada y sus oficinas incautadas.
Abordar los crímenes estalinistas es un punto delicado para el Estado ruso. "¿Por qué, en lugar de estar orgullosos del país, que ganó una guerra terrible y liberó al mundo del fascismo, debemos avergonzarnos y arrepentirnos de un pasado supuestamente oscuro?" Así justifican en la película las autoridades la liquidación de "Memorial", uno de los grupos de derechos humanos más antiguos de Rusia, que también ganó el Nobel de la Paz en 2022.
El documental también muestra cómo los medios TV Rain y Eco de Moscú fueron clausurados en la semana siguiente a la invasión, acusados de "incitación al extremismo y a la violencia, e información falsa sobre la operación en Ucrania".
Novaya Gazeta, que ha sufrido el asesinato de seis miembros de su plantilla, entre ellos Anna Politkovskaya, consiguió seguir funcionando unas semanas más, hasta que al final las autoridades rusas revocaron y bloquearon la licencia del periódico.
El 3 de febrero de 2022, las autoridades rusas también prohibieron a Deutsche Welle emitir en Rusia, y la calificaron de "agente extranjero" en marzo del mismo año. Cientos de canales de medios de comunicación y decenas de miles de sitios web -incluidos Facebook, Twitter e Instagram- han sido bloqueados en Rusia. YouTube, sin embargo, sigue funcionando, ya que el régimen ruso "lo necesita también como canal de su propia propaganda", explica Kurov.
Rusia inunda de propaganda a otros países
Por otro lado, Rusia conoce el poder de la propaganda, utilizándola ampliamente en países donde la información circula libremente. Alemania, en particular, está siendo inundada con más desinformación que nunca, según han advertido recientemente los expertos. Eso estaría provocando un debilitamiento del apoyo a Ucrania entre la población.
"Sé que la propaganda rusa es muy poderosa", afirma Askold Kurov, añadiendo que, sin embargo, no esperaba que las narrativas prorrusas se adoptaran tan fácilmente en Alemania. (ms/ers)