Cada 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una fecha proclamada oficialmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, en respuesta a la recomendación hecha por la Conferencia General de la UNESCO. La jornada fue establecida para recordar el valor de la libertad de expresión y su papel esencial en la democracia y los derechos humanos.
Cabe mencionar que la elección del 3 de mayo no fue aleatoria. Esta fecha coincide con la firma de la Declaración de Windhoek, un documento elaborado en 1991 por periodistas africanos durante un seminario de la UNESCO en Namibia, donde se proclamaron principios fundamentales para una prensa libre, independiente y pluralista. Esta declaración subrayó que una prensa libre es indispensable para el desarrollo y la protección de los derechos humanos.
A más de tres décadas de su adopción, el espíritu de la Declaración de Windhoek sigue vigente, sobre todo en un contexto global donde la libertad de prensa enfrenta múltiples desafíos, sobre todo en un país como México, donde la operación del crimen organizado se ha intensificado en diferentes estados del territorio nacional.
¿Cuáles son los objetivos de conmemorar este día?
La base legal internacional de esta celebración se encuentra en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el cual reconoce que “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa tiene como objetivos centrales promover la reflexión sobre este derecho, evaluar la situación global del periodismo, denunciar violaciones a la libertad de los medios, y rendir homenaje a quienes han perdido la vida por ejercer su labor informativa.
De esta manera, la fecha también representa un llamado a los gobiernos para que garanticen entornos seguros y libres de censura para periodistas y trabajadores de los medios, en reconocimiento de su papel esencial para las sociedades democráticas y la rendición de cuentas pública.