Los desafíos para el sector financiero están más vigentes que nunca, tanto por los pronósticos de desaceleración económica que pueden afectar al sector bancario, como por las medidas que deben tomar estas instituciones para blindarse del flujo de dinero proveniente del crimen organizado o las acciones para evitar ser vulnerados por un ciberataque, tema que no deja dormir a cualquier directivo bancario, comparte en entrevista el doctor Alejandro Valenzuela, presidente del Consejo de Administración de Banco Azteca.
A propósito de la 88 Convención Bancaria que se realiza los días 8 y 9 de mayo en Nuevo Vallarta, Nayarit, el banquero habló en entrevista con Publimetro sobre la transformación que ha tenido la banca tradicional para convertirse, en el caso de Banco Azteca, en un banco figital, combinando tanto operaciones físicas como digitales, siempre en beneficio de los usuarios de servicios financieros.
Doctor, muchas gracias por recibirnos.
Con pronósticos de desaceleración e incluso de recesión en el horizonte, cuáles son los principales desafíos que observa Banco Azteca en el panorama económico?
— El país tiene que llevar a cabo un ajuste, hubo excesos en el año 24, que en el año 25 tenemos que reparar, el déficit público se desbordó como no lo habíamos visto en muchos, muchos años. Creo que le faltó rigor al gobierno del presidente López Obrador al final de su sexenio de mantener las finanzas públicas sanas.
El Banco de México ha venido reduciendo las tasas de interés en sus últimas reuniones de la junta directiva, pero también el entorno externo está como no lo habíamos visto nunca.
Entramos con EE.UU. y con Canadá en el tratado de libre comercio en el 94, eso logró transformar la planta productiva mexicana. Y bueno, llega una administración que cuestiona todos estos temas, entonces, esto obliga a México a replantear su modelo de comercio exterior y su modelo de integración. Más del 80 % de nuestras exportaciones van hacia el mercado Norteamérica. Entonces lo que tenemos que buscar son nuevos socios. Tenemos que ir al sur, tenemos que ir al este, tenemos que ir al oeste y ver cómo reducimos esa dependencia de este mercado norteamericano.
Y por otro lado, también tendremos que ver cómo desarrollarnos, y parte del Plan México que presentó la presidenta de la República, desarrollarnos más en el mercado nacional, pero eso no se hace con una varita mágica o de la noche a la mañana.

En cuando a las remesas, ¿cómo van estas operaciones?
— Con Elektra somos el principal remesador de este país. De los 65 mil millones de dólares que ingresaron a México el año pasado, más o menos la mitad pasó por la red de Banco Azteca y de Elektra.
¿Ya han notado cambios en el dinamismo de los envíos de remesas?
— Todavía no, pero en otros países, por ejemplo en Honduras, en Guatemala, sí lo estamos viendo. Entonces, más temprano que tarde necesariamente va a tener algún impacto y a lo mejor luego también (Trump) pone algún tipo de restricciones. Toco madera que no sea el caso, porque esto va a afectar a mucha gente.
Y no olvidemos que hoy en día las remesas a México es el principal recurso que recibe el país de sus exportaciones. Lo que más exportamos es el servicio de nuestros compatriotas que están en el mercado estadounidense mandando apoyos a sus familiares a México, ya no es el petróleo, ya no son las manufacturas, son nuestros propios compatriotas que rompiéndose el pecho del otro lado de la frontera al apoyar a sus familias, generan la mayor fuerte de ingresos.
Ustedes lanzaron la cuenta esta de Guardadito Migrante, ¿cómo va, qué ha pasado con esa cuenta?
— Ha sido muy bien aceptada, ha venido creciendo. Nuestra apuesta es en el tiempo, que se van dando cuenta que es mejor tener guardado el dinero en una cuenta de captación, que les genera además un retorno que está segura, que tenerlo debajo del colchón. Pero son hábitos, son costumbres, hay cultura detrás de esto que lleva tiempo transformarla.
¿Cómo se blinda la institución ante el flujo de dinero proveniente del crimen organizado?
— Estando muy consciente del problema, es un problema real, es un problema que no podemos cerrar los ojos y es un problema que tenemos que atender. La regulación afortunadamente ha sido muy fuerte en este campo y nos ha obligado a conocer cada uno de nuestros clientes, a detectar operaciones sospechosas, operaciones que podrían interpretarse como lavado de dinero y eso nos ha llevado a irlo perfeccionando.
Una de las cosas que usamos es el reconocimiento facial, entonces cada vez que alguien nos trae un peso, le tomamos el reconocimiento facial, lo identificamos, tenemos como base de datos al Instituto Nacional Electoral (INE), para que nos coteje que ese individuo realmente es quien se está presentando a ser la persona que dice que es y con ello hemos buscado minimizar la probabilidad de que esto pase, no estamos exentos de ello.
La otra cuestión que hemos hecho, como lo han hecho otros bancos, estar muy cerca también de las autoridades estadounidenses para cooperar en todo el manejo de información, de tal suerte de que estemos blindándonos de que los narcotraficantes usen en algún momento dado los cajeros o a la banca para poder lavar el dinero.
¿Sobre el futuro del sector bancario, cuál es la perspectiva que tiene?
— Hoy en día, en el 2025, la realidad es que la banca mexicana y obviamente Banco Azteca están sólidos. Ahora bien, cuando hay una circunstancia económica de dificultad, pues obviamente se complica todo. ¿Por qué? Porque en un momento dado se dio un crédito y el cliente no puede pagar, pues es un crédito que se emproblema y es un crédito que o hay que reestructurar o en un momento dado se defaultea y eso obliga a que la banca lo tenga que provisionar y reservar o pasarlo por resultados como pérdida.
Y al final del día ese recurso va obligando a que la banca se vaya cerrando, se vaya cerrando el crédito y eso acentúa todavía más la contracción económica. Entramos a un crédito círculo vicioso defectuoso, en lugar de estar en un círculo virtuoso donde todo fluye. Ahorita, si bien estamos afortunadamente creo que lejos de una crisis, sí estamos cerca de una desaceleración, una probable recesión económica.

Hablando de oportunidades, está el auge de las fintech. ¿Qué retos representan para un banco tradicional como Azteca?
— Ya los bancos no son tradicionales como lo fuimos en el pasado, porque ya somos también bancos digitales. Yo creo que la llegada a las fintechs obliga a toda la banca a transformarse y revolucionarse, porque su llegada, que le dio mucha frescura y mucha innovación, dio capacidades de atención al cliente y de diferenciación a los servicios bancarios que la banca tradicional no había hecho.
Esta organización que es Banco Azteca, somos un banco figital, una parte es física con más de dos mil sucursales y la otra parte es digital. Y digital con una plataforma que está abierta las 24 horas, los siete días de la semana, que atiende a más de 22 millones de individuos y además es una plataforma muy sencilla.
En un momento dado la tesis era que íbamos a competir frontalmente, sí, en algunos casos competimos frontalmente, pero nosotros nos complementamos y al contrario, la síntesis y la conjugación de estos esfuerzos digitales y físicos ha conllevado a dar un mejor servicio, mejores capacidades, mejor entendimiento de las necesidades del cliente.
La realidad, benditas fintechs que llegaron a levantarnos de la nube, que estábamos ahí dormidos y también nos obligaron y se obligaron a buscar formas de cooperar para generar oportunidades de desarrollo de nuestros clientes. Y hemos ganado todos claramente.
Los jóvenes que están llegando hoy en día a estos sectores van a vivir cosas increíbles, hay muchos jóvenes que no van a tener por qué conocer una sucursal bancaria. Con la app que traen resuelven todos sus temas.
¿Qué proporción de operaciones realizan con la App?
— El 65 % de todas las operaciones ya son digitales.
¿Y cuál sería el futuro para los bancos?
— Van a seguir creciendo. En un momento también encuentran un equilibrio. Todavía hay mucha clientela que, por ejemplo, sigue usando el efectivo. No es que ya todo va a ser dinero digital, no es cierto. En México, como también es el caso en Japón, como es el caso en Alemania, aunque sean países muy industrializados, el uso efectivo sigue siendo muy relevante.
Sobre ciberseguridad, ¿de qué magnitud es la necesidad de inversión, y de protección que requieren?
— Permanente. La palabra que puedo usar es solamente permanente. Cuando mis compañeros que se dedican a llevar todos los temas de ciberseguridad en la organización, nos enseñan los intentos de ataques que tenemos cada minuto, provenientes de todas las latitudes en el mundo, o provienen de algún lugar en Corea del Norte, de China, de África, o de algún lugar en EE.UU., de Sudamérica. Uno ve el mapa y los ataques parecen como ataques de misiles y como se tiene una especie de red protectora que evita que entren, entonces eso nos está recordando los intentos que están haciendo todas estas organizaciones que se dedican a eso, de vulnerarlos.
Y claramente ellos se sofistican todos los días y si nosotros no estamos en las capacidades de poderlos detectar y prevenir, pues nos van a vulnerar en algún momento dado. Entonces es una lucha permanente. De los temas que no debe dejar dormir a cualquier directivo de estas organizaciones financieras, pues justamente es la ciberseguridad y también cualquier otra organización.
¿De qué magnitud inversiones de protección estamos hablando?
— Gigantescas, o sea, exactamente el monto de metida, pero son en los cientos de millones de dólares, así.
Contribución al dinamismo
El presidente del Consejo de Administración de Banco Azteca resalta que la institución es el eje de la inclusión financiera en el país. “Somos el banco que realmente ha desarrollado la inclusión financiera y no como un modelo de retórica o como un modelo de quedar bien con el entorno social. Es un modelo de negocio que ha bancarizado en estos 23 años a más de 33 millones de mexicanas y mexicanos, que para muchos de ellos, sino es que la gran mayoría, fue su primera experiencia bancaria”.
¿Qué innovaciones están lanzando, qué preparan?
Mucho de lo que se viene hacia adelante es la banca embebida —del inglés embedded banking—, donde el individuo lo que quiere es que le estemos solucionando los temas que tiene que resolver. Quiero comprar un coche, comprar una casa, ir de viaje, pero lo quiero usar con un financiamiento, explica el banquero.
Tengo las ofertas de estos cinco bancos que te pueden interesar y la mejor que te sugiero es aquí. ¿Entonces, al individuo qué le va a interesar? No le va a interesar qué banco, lo que le va a interesar es quién le resuelve.
“Entonces, nosotros nos estamos preparando justamente para ir generando las capacidades que le resuelvan al individuo sus necesidades en términos de acceso a productos, en términos de acceso a créditos, a plazos. La banca ya no va a aparecer en la vitrina, va a estar atrás ayudándole al que está vendiendo ese coche, esa casa, ese viaje, a que el cliente adquiera ese producto, y a través de ese producto hay un financiamiento”, concluyó.
“Hemos podido arropar particularmente el sector popular, que la banca tradicional nunca entendió, nunca volteó a ver. Cambiamos muchas vidas, porque el acceso al crédito, el acceso a tener el recurso para emprender, para llevar proyectos, para poder salir adelante, cambia vidas”
— Alejandro Valenzuela