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La campaña de desprestigio de Orbán contra Ucrania

En Hungría se está llevando a cabo una campaña de desprestigio sin precedentes contra Ucrania. DW analizó el trasfondo.En todos los medios de comunicación progubernamentales de Hungría, se emiten videos como parte de una campaña lanzada recientemente por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, contra la adhesión de Ucrania a la UE. Los ciudadanos húngaros tienen hasta el 20 de junio para votar si están a favor o en contra, como es el caso del Gobierno húngaro.

Uno de los videos, por ejemplo, muestra investigadores, huellas dactilares, fotos de una escena del crimen, un laboratorio de drogas y cartuchos. Luego sigue la cabeza de un lobo negro, que mira maliciosamente a la cámara. Un hombre habla con voz grave y amenazadora: "El tráfico de drogas y armas es la especialidad de la mafia ucraniana. Su crueldad es conocida en todo el mundo. La guerra ha puesto en sus manos más armas que nunca".

Pasa un tanque, un hombre se pone un pasamontañas, después aparece una foto de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. "Bruselas está jugando con fuego. Si Ucrania entra en la UE, la mafia ucraniana llegará a Hungría sin obstáculos". Desde hace muchos años, Viktor Orbán sigue una línea prorrusa y antiucraniana, pero la campaña actual supera con creces todas las anteriores.

Como sacado de 1984, de George Orwell

Estos días, Hungría parece haber copiado las "campañas de odio de dos minutos" de la novela 1984, de George Orwell, con la diferencia de que no tienen lugar durante dos minutos, sino las veinticuatro horas del día. El mensaje es que un peligro apocalíptico se acerca a Hungría desde el este, Ucrania, mientras "Bruselas" mueve los hilos.

Hay carteles por todo el país desde los que un sombrío Volodimir Zelenski mira a los húngaros. Detrás de él, una sonriente Ursula von der Leyen y el líder del grupo parlamentario conservador del PPE, Manfred Weber. En la televisión y la radio se emite constantemente propaganda antiucraniana, los usuarios de las redes sociales están inundados de mensajes antiucranianos y los miembros del Gobierno no paran de decir a los húngaros en reuniones en pequeñas ciudades de provincias lo mala que es Ucrania.

Espeluznantes mentiras propagandísticas

El país vecino es presentado como el "centro del narcotráfico y el crimen organizado en Europa del Este", una zona oscura llena de masas bárbaras de gente que, o bien pertenece a la mafia o está esperando inundar Hungría con su "mano de obra barata" y cobrar las pensiones húngaras.

Según un texto que acompaña la campaña, si Ucrania fuera miembro de la UE, la seguridad pública y el sistema sanitario húngaros se hundirían. Después, "los productos agrícolas ucranianos de calidad inferior pondrían en peligro la salud del pueblo húngaro". Los agricultores húngaros irían a la quiebra y cada familia húngara tendría que "pagar varios cientos de miles de forints al año por la adhesión de Ucrania a la UE", una suma que equivale aproximadamente al salario de un mes.

Son mentiras propagandísticas tan espeluznantes como racistas. Orban no sólo las difunde, sino que él mismo las pronuncia casi a diario. Por ejemplo, en su discurso radiofónico semanal del pasado viernes (2 de mayo de 2025): "La adhesión de Ucrania a la UE llevaría a la economía húngara a la ruina. Ucrania es un país que no puede sostenerse a sí mismo. Así que, si no fluye dinero a Ucrania desde Occidente, este Estado no existiría. Los ucranianos exigen que la Unión Europea mantenga el Ejército ucraniano, que cuenta con varios millones de efectivos, si Estados Unidos no da dinero. Porque, en su opinión, tienen derecho a ese Ejército".

Sueños revisionistas

La postura antiucraniana de Orbán sirve a los nostálgicos sentimientos revisionistas de sus propios votantes y de otros votantes de extrema derecha en Hungría, que sueñan con que Transcarpatia vuelva al Estado húngaro.

Partes de esta región ucraniana occidental pertenecieron al Imperio Austrohúngaro antes de la Primera Guerra Mundial. En sus discursos, Orban insiste repetidamente en la "unidad de todos los húngaros". En términos de política exterior, la postura antiucraniana de Orban también puede verse como una declaración de lealtad a Vladímir Putin y al presidente estadounidense, Donald Trump. Las buenas relaciones con Putin desempeñan un papel especialmente importante para Orbán, ya que ha vinculado estrechamente a Hungría con Rusia tanto económica como financieramente.

Hungría protege a los oligarcas rusos

Al mismo tiempo que Orbán y su Gobierno retratan a Ucrania como un Estado mafioso corrupto, protegen a oligarcas rusos profundamente implicados en el crimen organizado y que figuran en las listas de sanciones de la UE por crímenes de guerra. El Gobierno de Orbán, por ejemplo, intenta que oligarcas como Alisher Usmanov o Mikhail Fridman sean retirados de las listas de sanciones de la UE.

Sin embargo, en lo que respecta al presunto Estado "mafioso" de Ucrania, algunos expertos indican que el Estado de derecho está mucho más extendido en Ucrania que en Hungría y que la lucha contra la corrupción se libra con éxito incluso en condiciones de guerra, al contrario que en el país vecino, donde ni siquiera tiene lugar. Hungría, por otra parte, probablemente ni siquiera alcanzaría el estatus de candidato a la UE en las circunstancias actuales debido a sus déficits democráticos.

(ms/ers)

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