La Secretaría de Marina (Semar) ofreció una disculpa pública a la señora Claudia Medina Tamariz, quien fue detenida ilegalmente la madrugada del 7 de agosto de 2012, junto con su esposo Isaías Flores Pineda, a ella le fabricaron delitos de delincuencia organizada y hasta de ser la segunda al mando de una célula criminal del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la cual era supuestamente comandada por su esposo.
No solo eso, fue sometida a tortura por marinos y presentada días después ante los medios de comunicación, en compañía de otras personas, con armamento y drogas, lo cual vulneró sus derechos, se afectó su nombre, honor, se le criminalizó y vulneró su reputación, por lo que la Semar rechazó la conducta de los marinos que participaron en su detención hace casi 13 años.
“Tales conductas son inaceptables y contrarias a los valores y misión de esta Institución, esta Secretaría se encuentra comprometida a colaborar plenamente con las instancias competentes para que los responsables rindan cuentas ante la justicia”.
Además de estar dispuesta a desmentir toda la información periodística que contribuyera a criminalizarla, para que su nombre quede restituido y reafirmar que es inocente de todos los delitos que se le imputaron a la mujer dedicada a la venta de productos naturistas y evitar cualquier confusión respecto a su inocencia.
“El presente acto, no sólo representa el reconocimiento de una injusticia cometida, sino también un firme compromiso con la sociedad de fortalecer nuestros mecanismos de actuación, garantizar la transparencia y consolidar una institución confiable, en la que la ciudadanía pueda depositar su plena confianza.
“Se reitera el propósito de reivindicar la dignidad de Claudia Medina Tamariz en calidad de víctima y la disposición de esta Secretaría de Estado a continuar con las acciones necesarias para la plena reparación del daño y la restitución de su buen nombre”, afirmó la Semar.
La pesadilla de Claudia Medina Tamariz
La madrugada que los marinos entraron a la vivienda de Claudia Medina Tamariz buscaban a una persona de nombre Edgar, aunque les mostraron sus credenciales de elector para demostrar que no había nadie con ese nombre, esta explicación no les bastó y los tumbaron en el piso.
“Una mujer le vendó los ojos a Claudia y le sujetó las manos para ser llevada a la sala en pijama y descalza. Después la sacaron a la calle a empujones, sin que le dijeran por qué estaba detenida. Le costó trabajo subir a la camioneta porque estaba atada, la empezaron a ofender y jalándola del cabello fue llevada a la parte trasera de una camioneta tipo VAN sin insignias”, documentó el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
En la Base Naval de Veracruz fue sometida a violencia física y sexual, la obligaron a inculpar a su esposo, le colocaron cables en los pies para darle descargas eléctricas, también le dijeron que si no aceptaba los delitos irían tras sus hijos, para protegerlos aceptó “confesar”, la detención ilegal se prolongó por 36 horas.
“Posterior al interrogatorio los marinos le dijeron que les lavara toda su ropa sucia. La llevaron a un lavadero con los ojos vendados, un hombre le agarró la mano para señalar la ubicación de la ropa, el jabón y la llave del agua. Le dijo ‘yo estoy aquí cuidándote no creas que me voy a ir’, mientras escuchaba voces de hombres en las regaderas. Seguía la música y gritos de personas torturadas”.
Presentación como criminal ante la prensa
Hasta la tarde del 8 de agosto, fue presentada ante la entonces Procuraduría General de la República (FGR), pero antes de bajar del vehículo hubo otra amenaza para que no relatara lo ocurrido, ya en la FGR los presentaron ante la prensa con seis personas, entre ellas su esposo, para que les tomaran fotografías y una mesa con drogas, armas, granadas, celulares y una computadora. La pareja fue colocada al centro para afirmar que él era el famoso jefe del cártel y ella la segunda al mando.
“Yo me sentía mal porque estaba toda la prensa, todos estaban tomándonos fotos, en ese momento quería decir que nos habían torturado, pero pensé que iban a ir por mis hijos, entonces me quedé callada”, relató Claudia Medina.
Le dictaron la formal prisión por los delitos de portación de arma de fuego exclusiva, posesión de cartuchos y contra la salud. Días después le otorgaron la libertad provisional bajo caución por la cantidad de 54 mil 726 pesos.
En octubre de ese año denunció ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y también buscó apoyo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
