La Embajada de Estados Unidos en México advirtió que el tráfico de fentanilo, el robo de combustible —conocido como huachicol— y el contrabando de crudo robado a través de la frontera suroeste generan cientos de millones de dólares al año que fortalecen las finanzas del crimen organizado.
A través de su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), la representación diplomática estadounidense compartió una infografía en la que detalla los métodos que utilizan los grupos delictivos para extraer, transportar y comercializar el crudo robado y otras sustancias ilegales en territorio estadounidense.
“El robo y tráfico ilegal de hidrocarburos no solo representa un riesgo económico y ambiental, sino que también alimenta la violencia y la corrupción a ambos lados de la frontera”, señaló la embajada en su publicación.

Así trafica el crimen organizado
La infografía revela cómo los cárteles perforan ilegalmente ductos en territorio mexicano, transportan el crudo en camiones cisterna y lo cruzan por puntos fronterizos con documentación falsa o a través de rutas no oficiales, donde es mezclado con combustible legal para su venta en el mercado negro.
El gobierno de Estados Unidos ha reiterado su compromiso de colaborar con las autoridades mexicanas para combatir estos delitos transnacionales y reducir el financiamiento de los grupos criminales que operan en ambos países.

Combustible a bajo costo
De acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a través de la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés), el crudo robado en México es cruzado hacia territorio estadounidense y depositado en tanques de almacenamiento móviles, operados por empresas estadounidenses bajo el control de intermediarios mexicanos o importadores cómplices.
Posteriormente, este petróleo es entregado y vendido en los mercados energéticos de Estados Unidos, así como en mercados internacionales como Japón, India, África y otras regiones.

En una alerta emitida el pasado 1 de mayo, se reveló que grupos criminales como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel del Golfo están involucrados en este esquema.
El combustible es falsamente etiquetado como “aceite usado” y entregado a intermediarios estadounidenses, quienes, en representación de los cárteles, lo comercializan a bajo costo con empresas tanto locales como extranjeras.