Según un estudio, las olas de calor marinas causaron en 2023 y 2024, temperaturas extremas en toda la región, contribuyeron a un número récord de tormentas, provocaron la muerte masiva de peces en el Golfo de México.Un estudio publicado en Nature Climate Change, alerta que el número de días de olas de calor marinas en 2023 y 2024 fue casi 3,5 veces superior al de cualquier otro año registrado. Durante este periodo, casi el 10% del océano alcanzó temperaturas récord. Aunque El Niño exacerbó este aumento, el reporte recalca que investigaciones anteriores muestran que el cambio climático inducido por el hombre ya causó un aumento del 50% en las olas de calor marinas entre 2011-2021.
Las consecuencias causaron daños devastadores en todo el mundo. "El número de impactos que hemos visto de las olas de calor marinas en los últimos dos años ha sido bastante loco, con el blanqueamiento masivo de corales, la aparición de especies en nuevos lugares y el número de fenómenos meteorológicos extremos relacionados en tierra”, lamenta Kathryn E. Smith de la Asociación de Biología Marina del Reino Unido, una de las entidades involucradas en esta investigación.
"Hemos tenido eventos de blanqueamiento masivo en los océanos, pero este del 2023/2024 fue muy grave porque no empezó igual en todo el mundo. A medida que se empezaron calentando los mares y los océanos empezó a afectar a todos los arrecifes coralinos del mundo y eso no se había visto nunca ya que esos eventos de blanqueamientos asociados al aumento de la temperatura eran más regionales”, apunta por su parte a DW Valeria Pizarro, científica del Perry Institute for Marine Science.
Según el reporte, en América Central y el Caribe, las olas de calor marinas impulsaron temperaturas extremas en toda la región, contribuyeron a un número casi récord de tormentas durante la temporada de huracanes del Atlántico en 2023 y provocaron la muerte masiva de peces en el Golfo de México. También se registró un descenso en la productividad del Atlántico Norte, con consecuencias para peces y aves marinas. Muchas especies atlánticas migraron hacia el Ártico en busca de aguas más frías.
"Los cambios que están ocurriendo en el océano afectan principalmente al movimiento de las aves marinas, a su migración, para su alimentación y también anidación”, puntualiza a DW Maximiliano Bello, asesor ejecutivo de Políticas Públicas del Océano de la organización Mission Blue, apuntando a especies concretas como fragatas, gaviotines, pelícanos, petreles y las que se encuentran en zonas tropicales como las más afectadas.
Perjudicados particulares: en el Norte corales, en el Sur pesquerías
No obstante, los corales fueron los principales perjudicados de estas olas de calor con un blanqueamiento generalizado y muerte en Florida, el Caribe, México, El Salvador, Costa Rica y Panamá. "El blanqueamiento es la primera señal de un estrés, pero si este estrés, continua, el resultado es la muerte. Y lo que vimos muy tristemente, a nivel generalizado, de manera masiva, fueron cientos de miles de corales muriendo en pocos días por el estrés térmico”, recuerda a DW Lorenzo Álvarez, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México en Puerto Morelos.
El blanqueamiento de los corales también llegó a Colombia donde se desconocen las consecuencias de este suceso. "Desafortunadamente no tenemos datos reales del impacto del blanqueamiento a nivel nacional por falta de planificación y de recursos”, lamenta Pizarro.
Asimismo, según señala el informe, en América del Sur, las olas de calor marinas provocaron el alejamiento de las anchoas peruanas de sus aguas habituales, lo que provocó el cierre de la pesca comercial en 2023 y 2024 y unas pérdidas estimadas de 1.400 millones de dólares. Aunque se dieron subsidios a los pescadores que no pudieron ejercer su actividad, "esta medida es de corto plazo, lo único que hace es ahondar en este tipo de crisis”, critica Bello quien aboga por reducir la presión sobre estos recursos y aumentar la creación de áreas marinas protegidas.
"Esas son inversiones importantísimas en un país donde se vive de la pesca”, considera el asesor ejecutivo de Políticas Públicas del Océano de la organización Mission Blue, que apuesta como medidas preventivas a la protección de ecosistemas específicos, entre ellos los arrecifes de coral y los bosques de algas.
Además del cierre de pesquerías y la emisión de advertencias, otras respuestas que los gobiernos pusieron en marcha para hacer frente a las consecuencias de las olas de calor marina fueron el traslado de corales. "En Florida (Estados Unidos) funcionó muy bien coger los corales que están en guarderías y llevarlos a centros de cría de corales en tierra. Ojalá lo pudiéramos hacer lo más pronto posible en Latinoamérica y El Caribe pero el problema de tener estos centros de corales en tierra son los costos”, explica la científica colombiana del Perry Institute for Marine Science.
Además de esta medida, Álvarez recordó la colocación de sistemas de sombra para evitar la radiación solar, como otra solución al estrés térmico que vivieron estos ecosistemas clave. "Los corales generan barreras que nos brindan importantes servicios ambientales a los seres humanos como la protección de la costa contra huracanes”, recuerda instando a los gobiernos a prepararse para poder reaccionar rápidamente a nuevas olas de calor marinas en el futuro. "Los países de América Latina tienen que reconocer que el cambio climático es una amenaza real, que está causando muchos daños económicos, humanos y a la biodiversidad, a la naturaleza y la manera de atender estas amenazas es reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y teniendo políticas ambientales y de respeto a la biodiversidad mucho más estrictas”, concluye.
(ct)