La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada lamentó la muerte del expresidente de Uruguay, José Mujica, quien falleció este 13 de mayo por complicaciones de cáncer de esófago, que se forma en los tejidos que revisten el tubo muscular a través del cual pasan los alimentos desde la garganta hasta el estómago.
La mandataria capitalina expresó que José Mujica dejó un legado de dignidad, austeridad y lucha incansable por la justicia social, que, dijo, seguirá inspirando a nuestros pueblos en la construcción de una región más libre, solidaria y humana.
Clara Brugada reafirmó que, desde la Ciudad de México, “expresamos nuestro respeto, admiración y solidaridad con el pueblo uruguayo ante la partida de uno de los grandes referentes morales de nuestro tiempo. Descanse en paz”.
A principios de 2025, en el mes de enero, Mujica reveló que el cáncer de esófago que padecía se había extendido por su cuerpo y expresó su deseo de no continuar con el tratamiento médico, ya que, según sus palabras, no había más que esperar. Por ello, decidió preparar su despedida.
“El guerrero tiene derecho a su descanso”: Pepe Mujica tras enterarse que el cáncer se extendió en su cuerpo
“El guerrero tiene derecho a su descanso”, declaró en aquella ocasión durante una entrevista con el medio uruguayo Búsqueda. “Me quiero despedir de mis compañeros y de mis compatriotas. Lo que pido es que me dejen tranquilo, que no me acosen con entrevistas al pedo, y nada más. Se terminó mi ciclo hace rato. Sinceramente, me estoy muriendo”, afirmó.
En la misma conversación, también explicó que no quería seguir con el tratamiento porque era un “anciano” con dos enfermedades crónicas, y su cuerpo ya no soportaba más: “No lo paro con nada”, dijo tras conocer que el cáncer le había colonizado el hígado.
Asimismo, aseguró que estaba dejando todo preparado para ser enterrado en el pequeño terreno donde vivió durante décadas, incluso cuando fue presidente de Uruguay, entre 2010 y 2015. Añadió que estaba “acomodando las cosas para los que van a quedar” a vivir allí tras su muerte.