El acto criminal ocurrió en Caquetá, donde operan dos facciones rebeldes que se apartaron del histórico acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno en 2016.Un militar murió tras quedar atrapado en el baño de un autobús incendiado por guerrilleros de un grupo disidente de las FARC en el sur de Colombia, informó este miércoles el Ejército.
Colombia atraviesa su peor pico de violencia en la última década. El presidente izquierdista Gustavo Petro denuncia la implementación de un "plan pistola" por parte de los grupos armados para asesinar a uniformados de manera sistemática.
El martes por la noche, sujetos armados obligaron a descender a los pasajeros de un bus que partió desde el municipio de San Vicente del Caguán, histórico enclave guerrillero en el departamento de Caquetá.
Los atacantes prendieron fuego al vehículo en medio de la carretera. La víctima, un sargento que iba vestido de civil, no logró salir a tiempo.
"Esta acción terrorista es una flagrante violación a los derechos humanos e infracción al derecho internacional humanitario", dijo en un comunicado el Ejército, que atribuyó el ataque a una disidencia de la extinta guerrilla de las FARC, sin precisar el nombre del grupo.
En el departamento de Caquetá operan dos facciones rebeldes que se apartaron del histórico acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno en 2016.
"Plan pistola"
Una está comandada por alias Calarcá, que mantiene conversaciones de paz con el gobierno de Petro. La segunda opera bajo órdenes de alias Iván Mordisco, que el año pasado se apartó de la mesa de negociaciones y aumentó su presión violenta contra el Estado.
Ambas escisiones de la principal agrupación de disidencias de las FARC, conocida como el Estado Mayor Central (EMC), se disputan en la zona el control de economías ilegales como el narcotráfico, la extorsión y la deforestación.
Solo entre el 15 de abril y el 5 de mayo, el denominado "plan pistola" dejó más de 30 militares y policías muertos, según el gobierno.
La estrategia recuerda al barón de la droga Pablo Escobar, cuando en los años 90 pagaba por cada uniformado asesinado en su guerra abierta contra el Estado.
Como medida preventiva, el Ministerio de Defensa recomendó a inicios de mayo que las autoridades se desplacen vestidos de civil para evitar ataques.
Colombia aún está sumida en un conflicto interno que deja más de 9,5 millones de víctimas en seis décadas.
mg (afp, El Espectador)