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Así reaccionan los fabricantes de autos alemanes a los aranceles de Trump

Los aranceles de Trump siembran incertidumbre en la industria automovilística alemana. Los fabricantes han aumentado la producción para el mercado estadounidense, antes de que se sienta el efecto de las tarifas.Los planes arancelarios del presidente estadounidense, Donald Trump, amenazan los cimientos del comercio mundial y han provocado pérdidas multimillonarias debido a las caídas de las bolsas. Las tarifas también afectan a Alemania ―un país que depende de sus exportaciones― y, especialmente, a su industria automovilística.

Según un estudio del Commerzbank ―citado por la agencia de noticias Reuters―, México, Japón, Corea del Sur y Canadá venden más autos en el mercado estadounidense que Alemania. Sin embargo, Estados Unidos es el principal comprador de vehículos germanos.

En total, Alemania exportó en 2024 unos 3,4 millones de vehículos, de acuerdo con la Oficina Federal de Estadística.

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Los aranceles afectan "al producto de exportación más importante de Alemania", dijo a Reuters Clemens Fuest, presidente del Instituto Leibniz de Investigación Económica Ifo.

"Producción anticíclica a corto plazo"

Después de que Donald Trump publicara sus planes arancelarios, se observa una extraña tendencia: se fabrican y exportan más vehículos a Estados Unidos que antes. El experto en automóviles Ferdinand Dudenhöffer, director del instituto del sector privado Center Automotive Research (CAR) de Bochum, habla de una "exportación para el acopio".

Los fabricantes de automóviles, dice a DW, buscan "abastecer" sus almacenes en EE. UU. Su objetivo es importar la mayor cantidad de vehículos posible antes de que Trump aplique aranceles más elevados. Esto explicaría la "producción anticíclica a corto plazo".


"Al final, habrá que aumentar los precios. Básicamente, caerá la demanda en EE. UU. y, como consecuencia, las ventas y los beneficios", apunta Stefan Bratzel, director del Centro de Gestión del Automóvil (CAM), en entrevista con DW.

"Flexibilidad" y esperanza

Los políticos y economistas temen sobre todo la imprevisibilidad de las políticas de Trump. No obstante, los inesperados acuerdos arancelarios de Washington con Pekín o Londres también evidencian una cierta "flexibilidad" de la política comercial de EE. UU.

La BBC informa que Washington y Londres han negociado un acuerdo provisional sobre los aranceles bilaterales a los automóviles. Según el acuerdo, el tipo arancelario para un máximo de 100.000 automóviles británicos se reduciría al diez por ciento.

Esta cifra corresponde aproximadamente al número de automóviles que el Reino Unido exportó el año pasado. Sin embargo, se aplicará un impuesto de importación del 27,5 por ciento a todos los coches exportados que superen esta cuota.

Incertidumbre, "veneno" para la economía


En opinión de Stefan Bratzel, los vaivenes de la política comercial de Trump son "veneno para los fabricantes y proveedores que tienen que hacer inversiones a largo plazo y organizar las cadenas de suministro".

Dirk Dohse, del Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW), recuerda que los fabricantes de automóviles europeos también enfrentan otros retos, como elevados costes de producción y la falta de "modelos atractivos, especialmente en el campo de la electromovilidad" frente a la competencia china.

Para evitar aranceles elevados a largo plazo, algunos fabricantes alemanes de automóviles incluso planean trasladar su producción a Estados Unidos. "Audi incluso está considerando construir una planta allí", cuenta Dohse a DW.

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Importancia de la división del trabajo

Sin embargo, también la producción de automóviles en Estados Unidos depende de piezas importadas. "Trump no ha entendido realmente el concepto y las ventajas de la división internacional del trabajo", opina Bratzel, y agrega que, "a largo plazo, el eslogan 'Estados Unidos primero' podría dañar gravemente la prosperidad estadounidense".

Por su parte, el experto en automoción Ferdinand Dudenhöffer aconseja a las automotrices alemanas mirar a Asia para las futuras inversiones.

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"Las empresas deberían ampliar su producción a más países para depender menos de las normativas comerciales de cada país", concuerda Dirk Dohse.

También Frank Schwope, analista del sector automoción, sugiere que, a largo plazo, los fabricantes alemanes se orienten más hacia los mercados del Sudeste Asiático para reducir su dependencia tanto de China como de EE.UU.

(vt/rml)

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