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Elección de jueces en México: ¿demasiado compleja e incomprensible?

Por primera vez, México se prepara para elegir a sus jueces por voto popular. Sin embargo, la complejidad de los comicios podría frustrar al electorado e impedir su participación.Emulando los pasos de Bolivia, este 1º de junio de 2025, México se convertirá en el segundo país de América Latina en elegir a sus jueces por voto popular. 3.422 candidatos esperan ocupar uno de los casi 900 codiciados cargos del Poder Judicial Federal, por ejemplo, en la Suprema Corte de Justicia o el Tribunal Electoral.

Para la inédita jornada de comicios, se instalarán 84.118 casillas en todo el país, aproximadamente la mitad de los centros de votación disponibles en las elecciones presidenciales de 2024.

Unos 99,7 millones de mexicanas y mexicanos están llamados a las urnas. Sin embargo, puesto que el voto no es obligatorio en el país, el Instituto Nacional Electoral (INE) calcula que la participación oscilará entre un 8 y un 15 por ciento.

Una votación compleja

La jornada electoral podría presentar considerables desafíos para los ciudadanos votantes, que recibirán seis boletas de diferentes colores según los tipos de cargo en disputa, que se detallan en la siguiente imagen.

El 1º de junio se celebrarán, además, elecciones locales del Poder Judicial en 19 entidades federativas del país, en las que se renovarán casi 2.000 cargos. En este caso, el proceso de elección será aún más complejo.

"Las condiciones de la elección van a diferir de estado en estado. En la Ciudad de México, habrá seis boletas y más de 200 candidatos. En otros estados, donde se decidió elegir también a los jueces estatales, se incrementará el esfuerzo", explica a DW el periodista Rafael Archondo, profesor de la Universidad Iberoamericana de Puebla.

"Si un elector necesita conocer las propuestas de más de 200 personas, necesita cuando menos ocho días de dedicación exclusiva. Esta no puede ser por tanto una elección comprensible. El elector quedará simplemente anulado en su voluntad debido a la complejidad del proceso", opina Archondo, doctor en Investigación Social.

Asimismo, el académico aclara que no bastará con marcar las boletas, sino que el votante deberá anotar en las papeletas el respectivo número de sus candidatos.

Igualmente, critica la falta de un control electoral que abarque todas las casillas y que los votos apenas se comenzarán a contar cuando lleguen a los centros de cómputo.

La primera de muchas elecciones

También el abogado y periodista mexicano Isaac Palestina destaca la complejidad de la votación, y subraya que "cualquier tipo de elección, de participación ciudadana tendría que ser sencilla".

Como ejemplo pone la elección de los ministros y las ministras de la Suprema Corte de Justicia, que requerirá la investigación de 64 perfiles.

Los comicios serán un "primer ejercicio un poco limitado", cree el consultor político Palestina. "Pero tengo confianza de que en los próximos ejercicios se difunda más esta nueva cultura de votación y que cada vez sea mayor la participación de la ciudadanía", agrega, en entrevista con DW.

Una campaña "cruel"

La campaña electoral de los jueces, ministros y magistrados comenzó el 30 de marzo. No obstante, al no tratarse de comicios políticos, los candidatos tienen prohibido recibir dinero público o privado.

"Es el proceso más cruel que he visto en contra de los propios candidatos. No hay ningún tipo de financiamiento público ni privado para los que están participando. Los candidatos están haciendo uso de sus ahorros, de sus ingresos, y muchos de ellos, al no verse favorecidos, van a quedar muy dolidos", opina el abogado mexicano.

Por su parte, el periodista Archondo agrega que la enorme cantidad de candidatos imposibilita que los "votantes puedan recibir una información ordenada, sistemática y predigerida".

"Al no existir planes de gobierno ni ideologías en disputa", prosigue, "en realidad no hay materia para el debate público. Los candidatos solo pueden ofrecer idoneidad y honestidad, y no queda más que creerles en la medida en que la mayoría no ocupó esas funciones".

Promover la participación

Para el profesor de la Universidad Iberoamericana de Puebla, "el mayor reto es promover la participación en un país en el que el voto no es obligatorio". Archondo vaticina una baja participación en las elecciones, y teme que "la opinión pública mexicana se resignará a contar votos y pensar que el ejercicio fue interesante y, en todo caso, más democrático que dejar la designación de jueces a la presidenta".

Por su parte, el consultor político Isaac Palestina pinta un panorama más optimista: "Espero que el proceso electoral pueda abonar a la democratización del Poder Judicial y sobre todo a que la gente por primera vez pueda tener un acceso a la Justicia".

(cp)

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