El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revocó la autorización de la Universidad de Harvard para admitir estudiantes extranjeros, como parte de un conflicto creciente entre la institución educativa y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
La medida fue revelada por el diario The New York Times y confirmada por otros medios estadounidenses. De acuerdo con el reporte, la decisión se oficializó mediante una carta firmada por la secretaria del DHS, Kristi Noem, en la que se notifica que el Programa de Intercambio de Estudiantes de Harvard queda revocado con efecto inmediato.

“Esto significa que Harvard ya no puede matricular a estudiantes extranjeros y que los estudiantes extranjeros actuales deben transferirse o perderán su estatus legal”, anota un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés).
Harvard bajo presión
La administración Trump justificó esta acción alegando que la universidad se negó a entregar información solicitada sobre algunos alumnos extranjeros. Específicamente, el Departamento exigía datos de estudiantes con visa que hubieran participado en actividades consideradas “ilegales” o “peligrosas”, en el contexto de protestas propalestinas registradas en distintos campus universitarios del país.
La presión del gobierno republicano también se ha traducido en recortes financieros. La Casa Blanca anunció un recorte adicional de 450 millones de dólares en subvenciones, provenientes de ocho agencias federales, lo que se suma a los 2 mil 200 millones de dólares congelados previamente a la universidad.

Protestas propalestinas
Durante el último ciclo escolar, la administración Trump ya había impulsado medidas como la revocación de visados y expulsión de estudiantes extranjeros presuntamente implicados en movilizaciones universitarias. Algunas de estas acciones se ejecutaron tras detenciones en campus donde se desarrollaban protestas contra la política exterior de Estados Unidos hacia Palestina.
Harvard también enfrenta investigaciones federales relacionadas con el manejo de dichas protestas y presuntas violaciones a derechos civiles. Una denuncia presentada por la revista estudiantil Harvard.

Law Review acusa a la universidad de utilizar criterios ideológicos vinculados al movimiento “woke” en su proceso editorial, lo que ha sido aprovechado por sectores conservadores como parte de su ofensiva contra las políticas de inclusión en centros educativos.