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Tren México–Querétaro: la estación que definirá el futuro urbano… y el negocio inmobiliario

Grupos políticos y empresariales buscan cambiar la terminal propuesta por la ARTF, en favor de predios con intereses privados.

El proyecto del Tren México–Querétaro, una de las obras más esperadas en materia de movilidad interurbana, ha encendido una disputa silenciosa pero intensa en tierras queretanas.

Y no es una pelea por velocidad, tecnología o presupuesto. Es, como tantas veces, una cuestión de tierra y dinero.

El plan oficial: Alcanfores, con lógica técnica

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Según fuentes cercanas a la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), encabezada por Adrián Lajous, la ubicación más viable para la estación de pasajeros es la antigua terminal ferroviaria en la zona de

Alcanfores, al sur de la capital queretana

¿La razón? No solo cuenta con más de 12 hectáreas disponibles, sino que está rodeada por infraestructura operativa histórica, como las vías de carga del sistema ferroviario nacional y terrenos federales ya destinados para uso logístico. En esa zona, por más de 80 años, han operado instalaciones clave como los antiguos Almacenes Nacionales de Depósito (ANDSA) y la primera Terminal Intermodal del país.

El plan alterno: Campo Militar ZM017 y el sueño inmobiliario


Sin embargo, hay otra propuesta sobre la mesa: mover la terminal a los terrenos del Campo Militar ZM017, lo cual implicaría levantar infraestructura nueva de alto costo, incluyendo un puente valuado en miles de millones de pesos. El problema no es solo financiero. La reubicación comprometería la operación de la Terminal de Carga de Querétaro, que depende de las vías que pasarían a ser reconfiguradas.

De acuerdo con fuentes cercanas a Publimetro, quienes promueven esta alternativa no son técnicos del transporte ni urbanistas. Son grupos empresariales locales —algunos con vínculos políticos— que tienen intereses en la revalorización de predios cercanos a la zona militar. ¿Coincidencia? Difícil creerlo.

Un conflicto urbano de fondo: fraccionamientos mal conectados

Parte del problema que quieren usar como argumento para mover la estación es el tránsito pesado que circula por la vialidad federal. En realidad, ese camino fue diseñado desde hace décadas para dar servicio logístico a la ciudad. El conflicto, denuncian técnicos de la ARTF, vino después, con la proliferación de fraccionamientos como Las Teresas, desarrollados sin planeación ni conexión vial adecuada.

Hoy, los mismos actores que construyeron sin prever el crecimiento urbano, pretenden debilitar la vocación industrial y logística de Querétaro para hacer espacio a proyectos habitacionales más rentables.

Más que una terminal: una decisión de ciudad


Lo que está en juego va más allá de dónde se bajarán los pasajeros del tren. Se trata de elegir el modelo de ciudad: uno que conserve su función productiva y su red logística estratégica, o uno que ceda ante la presión de los intereses inmobiliarios disfrazados de soluciones de movilidad.

La decisión final aún no se anuncia, pero la disputa —como suele ocurrir— no se libra en foros técnicos, sino en pasillos de poder, con discursos de “desarrollo” que ocultan la vieja lógica del negocio de siempre: el metro cuadrado.

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