El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes una orden ejecutiva que eleva del 25% al 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México. La medida, que entrará en vigor el próximo 4 de junio, busca, según el mandatario, proteger la industria siderúrgica estadounidense y reducir la dependencia de insumos extranjeros.
El anuncio oficial se realizó el viernes 30 de mayo durante un evento en Pittsburgh, Pensilvania, en donde Trump señaló que esta acción es necesaria para contrarrestar prácticas comerciales desleales. “Eso significa que nadie podrá robarles su industria”, afirmó ante trabajadores del sector. “Con un 25 por ciento, pueden superar esa barrera; con 50 por ciento ya no pueden superarla”.
Tensión comercial
La medida se ampara en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite imponer restricciones comerciales por razones de seguridad nacional. En su discurso, Trump apuntó directamente a China como principal responsable del exceso de capacidad global en la producción de acero y aluminio, aunque México es uno de los países más afectados por la aplicación de este arancel.
La decisión del presidente estadounidense se da en un contexto de creciente tensión comercial, mientras su administración mantiene negociaciones con diversos socios sobre aranceles recíprocos antes de la fecha límite del 9 de julio. Aunque gran parte de los aranceles impuestos por Trump están siendo cuestionados legalmente bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), los que recaen sobre el acero y el aluminio están respaldados por una base legal distinta y no se ven afectados por esas disputas judiciales.
Trump no esperó la llegada de Ebrard
Antes de la firma de esta orden ejecutiva, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, había mencionado que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, viajaría a Washington el próximo viernes 6 de junio para reunirse con funcionarios estadounidenses y tratar de contener los efectos de esta decisión.
Además, la mandataria no descartó la posibilidad de medidas de respuesta, aunque subrayó que México apostará por el diálogo y la defensa del comercio justo.
