La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) comenzó a registrar sus primeras salidas visibles tras la histórica elección judicial del pasado 1 de junio. Una de las más notorias fue la de Héctor Armando Salinas Olivares, quien presentó su renuncia después de casi una década como funcionario en el máximo tribunal.
Su despedida, publicada en redes sociales, se volvió viral por el tono emotivo pero también por la carga crítica ante la coyuntura que atraviesa el Poder Judicial.
“Fueron 10 años en los que serví a mi país con muchísimo orgullo y dedicación, y nadie me puede quitar eso”, escribió Salinas en su cuenta de X. El mensaje fue leído por muchos como algo más que una salida profesional: fue interpretado como una expresión de inconformidad frente al nuevo rumbo que ha tomado la Corte tras las elecciones judiciales impulsadas por la Cuarta Transformación.
Hoy presenté mi renuncia como trabajador de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Dadas las circunstancias es momento de tomar otro camino y emprender nuevos retos. Fueron 10 años en lo que serví a mi país con muchísimo orgullo y dedicación y nadie me puede quitar eso.
¿Quién es Armando Salinas?
Abogado constitucionalista, Salinas es licenciado en Derecho por el CIDE y maestro en Derechos Humanos y Garantías por el ITAM, de acuerdo con su perfil en LinkedIn. Desde octubre de 2015 hasta junio de 2025, se desempeñó como Secretario Auxiliar II en la ponencia del ministro Javier Laynez Potisek.
En ese rol, participó directamente en la elaboración de proyectos de sentencia en acciones de inconstitucionalidad, controversias constitucionales y amparos, lo que le permitió incidir en decisiones clave de la Corte durante los últimos años.
Además de su trabajo jurisdiccional, Salinas ha sido una voz activa en el debate jurídico contemporáneo. Ha publicado en revistas como Nexos sobre temas como libertad de expresión, inteligencia artificial y responsabilidad de plataformas digitales. Su salida representa, por tanto, una pérdida no solo operativa para la Corte, sino también simbólica dentro del entorno constitucionalista mexicano.
“La democracia está herida”
En su hilo de despedida, Salinas agradeció a sus colegas, especialmente al ministro Laynez y a su mentor personal, Alfredo Narváez Medécigo. Pero la frase que más resonó fue la que incluyó al final del mensaje: “Nuestra democracia está herida y de gravedad. Tenemos el deber de reconstruir y seguir luchando”. Aunque no menciona explícitamente las elecciones judiciales, el momento y el tono dejan claro el mensaje: su salida está ligada al desacuerdo con el proceso y sus implicaciones.
Incluso se dio tiempo para la nostalgia al hablar de su escritorio “arrumbado en una esquina de la puerta 4014 en el que sentí y viví de todo”. Ese tipo de detalles conectaron con miles de usuarios en redes sociales, que vieron en su despedida una señal de lo que está ocurriendo dentro de la institución.
¿Qué cambió en la Corte?
El 1 de junio de 2025 se llevó a cabo por primera vez en México una elección popular para seleccionar a jueces, magistrados y ministros de la SCJN, resultado de una controvertida reforma judicial impulsada originalmente por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y adoptada por la actual presidenta, Claudia Sheinbaum.
La reforma fue presentada el 5 de febrero de 2024 y publicada en el Diario Oficial de la Federación en septiembre de ese mismo año. El argumento central fue democratizar el acceso al Poder Judicial y reducir su supuesta captura por élites. Sin embargo, diversos sectores –incluidos exministros, académicos y organizaciones de la sociedad civil– alertaron sobre los riesgos para la independencia judicial y el debido proceso.
Durante la jornada electoral del 1 de junio, más de 2,600 cargos fueron sometidos al voto ciudadano. Nueve de ellos correspondieron a los ministros de la SCJN. La participación fue baja, con apenas un 13% del padrón votando, y el proceso fue criticado por su improvisación, falta de información y la escasa trayectoria de algunos candidatos.
