Brasil es una de las sedes extranjeras más importantes del fabricante de automóviles Volkswagen. Sin embargo, hubo un tiempo en el que las violaciones de derechos humanos y la explotación estuvieron a la orden del día.Hace dos años, el fabricante alemán de automóviles Volkswagen (VW) celebró su 70 aniversario en Brasil. El 23 de marzo de 1953, su filial sudamericana empezó a trabajar en un almacén de São Paulo. Poco después, se construyó la planta de Anchieta, la primera de Volkswagen fuera de Alemania, según informa el periódico electrónico brasileño heycar.com.br.
Sin embargo, desde el principio, VW no solo intentó ganar dinero con autos, sino también con ganado. Para ello, la empresa germana creó en 1974 la granja Fazenda Volkswagen, en Cristalino, a 2.200 kilómetros de la sede de la empresa en São Paulo.
Justamente ahí, lejos del bullicio de la metrópoli, la imagen de Volkswagen empezó a resquebrajarse. "Ya en la década de 1980, VW fue objeto de críticas por el trato que recibían los trabajadores de la granja", cuenta a DW Christopher Kopper, historiador de la Universidad de Bielefeld, que ha investigado la historia de VW en Brasil.
En 2016, el Grupo Volkswagen encargó a Kopper la elaboración de un informe sobre el papel de la automotriz alemana durante la dictadura militar brasileña. En 1964, una junta militar tomó el poder en el país sudamericano, que gobernó con mano dura durante 21 años.
Dos clases de empleados
El economista agrícola suizo Friedrich-Georg Brügger, a quien Volkswagen encargó la creación de la granja, contrató a personal del Grupo Volkswagen, así como a mano de obra local y subcontratistas. Años más tarde, un reportaje de la televisora alemana ARD-Weltspiegel revelaría el ambicioso y despiadado proceder de Brügger.
Según Christopher Kopper, los empleados de VW siempre recibieron un trato justo: "Tenían sus propias casas, sus propias escuelas, una enfermería. Los trabajadores subcontratados, en cambio, trabajaban en condiciones de servidumbre temporal".
Los directivos de Volkswagen siempre "trataron de evadir su responsabilidad alegando que no habían sido responsables del trato de la mano de obra subcontratada", asegura Kopper.
Un oscuro secreto: VW y la dictadura
Asimismo, Kopper destapó otro escándalo: la actitud de la empresa hacia la junta militar. "VW colaboró estrechamente con el aparato de seguridad de la dictadura", sostiene.
En todas las plantas brasileñas, los empleados de VW toleraron e incluso participaron en las detenciones y abusos de la Policía militar. "La correspondencia con el consejo administrativo en Wolfsburgo hasta 1979 muestra la aprobación absoluta del Gobierno militar", señala Kopper, comentando los resultados del estudio.
Sombras de la época nazi
En el caso de Volkswagen, el escándalo adquiere una dimensión incluso más sombría, si se tiene en cuenta que la empresa alemana nació durante la dictadura de Hitler: fue fundada por organizaciones nazis, y en sus fábricas se explotó a miles de trabajadores forzados durante la Segunda Guerra Mundial.
Christopher Kopper no descarta que los directivos de los años cincuenta y sesenta, que fueron oficiales de la Wehrmacht y miembros del partido nazi NSDAP en sus años jóvenes, hayan tratado de repetir estas injusticias en otro continente.
Pero sí lo descarta para Wolfgang Sauer, quien dirigió la filial brasileña de VW de 1971 a 1984. "Era demasiado joven", dice, no estaba ligado al nazismo, sino al paternalismo autoritario imperante en Brasil: beneficios sociales para los trabajadores sí, pero un comité de empresa independiente no.
La revisión social y jurídica de la historia de Volkswagen bajo la dictadura militar brasileña está lejos de concluir. Todavía están pendientes otras disputas legales sobre indemnizaciones y la admisión de culpabilidad por parte de la automotriz alemana.
(vt/rml)
