El Gobierno de Donald Trump niega haber participado en el ataque israelí contra Irán. Pero el presidente advierte: si Teherán no firma un nuevo acuerdo nuclear con EE. UU., podrían venir ataques aún peores.La línea política del Gobierno estadounidense tras el ataque de Israel contra Irán es clara: Washington no estuvo involucrado. Israel habría atacado a Irán por su cuenta, según el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, citado en un comunicado de prensa de la Casa Blanca.
"No estamos involucrados en ataques contra Irán y nuestra máxima prioridad es proteger a las tropas estadounidenses en la región", declaró Rubio. "Israel nos informó que consideraba este paso necesario para su propia defensa. Permítanme ser claro: Irán no debe atacar intereses ni personal estadounidense", agregó.
El equipo de redes sociales de la Casa Blanca publicó esta declaración aproximadamente una hora después del inicio de los ataques israelíes. Ya en la tarde del jueves, hora de Washington, el Departamento de Estado había advertido en la plataforma X sobre la alta tensión y la compleja situación de seguridad en Oriente Medio: "Recordamos a los ciudadanos estadounidenses en Israel y la región que deben mantener la cautela y seguir atentamente las noticias por posibles alertas".
Es sabido que Estados Unidos fue informado previamente sobre el ataque. Pero, ¿realmente no participó de ninguna manera?
"Todo lo que sabemos hasta ahora sobre la logística, como el uso de drones ocultos en Irán, indica que Israel actuó solo", dice Sascha Lohmann, experto en EE. UU. y miembro del grupo de investigación sobre América de la Fundación Ciencia y Política, en entrevista con DW. "Sin embargo, no se puede descartar completamente que EE. UU. haya brindado ayuda", reconoce.
Especialmente el despliegue de 200 aviones militares que volaron hacia Irán y regresaron genera dudas sobre si el Ejército estadounidense habría colaborado, por ejemplo, con reabastecimiento aéreo, añade Lohmann.
El programa nuclear iraní, en el centro de los ataques
Los ataques israelíes de la madrugada se dirigieron principalmente contra instalaciones militares y sitios vinculados al programa nuclear iraní, como la planta de Natanz, donde se enriquece uranio. Además de altos mandos militares iraníes, también murieron científicos que trabajaban en el programa atómico.
Desde abril de 2025, Teherán y Washington habían entablado conversaciones para lograr un nuevo acuerdo nuclear que reemplazara el pacto del que EE. UU. se retiró en 2018, durante el primer mandato de Trump.
Tras los ataques israelíes contra la infraestructura nuclear iraní, el presidente Donald Trump declaró, según el periodista de Fox News Bret Baier, que Irán no debía poseer una bomba atómica. "Esperamos volver a la mesa de negociaciones", dijo Trump, según Baier. "Veremos qué pasa."
Trump: "¡Esto no ha hecho más que empezar!"
Mucho más contundente fue Trump en su plataforma Truth Social. Reiteró que su Gobierno había dado múltiples oportunidades a Irán para llegar a un nuevo acuerdo nuclear. Si eso no ocurre, advirtió a la dirigencia iraní, enfrentará un ataque "más devastador de lo que pueden imaginar".
"He advertido que EE. UU. fabrica el equipamiento militar más letal y avanzado del mundo, y que Israel posee una gran cantidad de él", escribió Trump. "Y ellos [los israelíes] saben cómo usarlo." Según Trump, los líderes iraníes más radicales que se oponían a un acuerdo "están todos muertos".
"¡Y esto no ha hecho más que empezar!"
Mientras tanto, el enviado especial de EE. UU. para Medio Oriente, Steve Witkoff, advirtió que Irán también tiene capacidad para infligir graves daños en Israel.
Nuevas negociaciones nucleares, en duda
El próximo encuentro entre las delegaciones de EE. UU. e Irán para discutir un nuevo pacto nuclear estaba previsto para este fin de semana en Omán. Irán lo ha cancelado. También es incierto cómo seguirán las negociaciones a largo plazo.
Entre los muertos en Irán estaría Ali Shamkhani, cercano colaborador y asesor del líder supremo Ali Jamenei. Según la revista alemana Der Spiegel, Shamkhani desempeñaba un papel clave en las negociaciones nucleares entre EE. UU. e Irán.
Aunque estaba abierto a un acuerdo, Shamkhani también advirtió que el Gobierno iraní podría romper su cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y expulsar a los inspectores si se sentía amenazado. "Mientras el conflicto continúe con esta intensidad, es difícil imaginar que las conversaciones puedan reanudarse", concluye Lohmann.
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