Israel ataca especialmente la infraestructura energética de Irán, incluidas las principales instalaciones de petróleo y gas. ¿Por qué?La escalada del conflicto entre Israel e Irán, en la que ambos se atacan mutuamente con misiles y drones, ha desestabilizado los mercados globales de la energía.
Los ataques de Israel el sábado (14.6.25) tuvieron como objetivo la infraestructura energética iraní, puntos vitales de almacenamiento de petróleo, refinerías y centrales eléctricas.
El ataque golpeó también al gran yacimiento de gas South Pars, una de las mayores reservas de gas natural del mundo. Ubicado en la provincia de Bushehr, en el sur de Irán, es la fuente de casi todo el gas producido en Irán, que comparte el control de South Pars con su vecino Qatar.
Teherán debió suspender parcialmente la producción en el yacimiento. Se teme que una mayor escalada podría amenazar la producción y el suministro de energía de Irán.
La fuerte dependencia de Irán de los hidrocarburos
Irán alberga la segunda mayor reserva de gas natural del mundo, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés).
Los datos del Foro Intergubernamental de Países Exportadores de Gas muestran que Irán produjo alrededor de 266,25 mil millones de metros cúbicos (bcm) en 2023, de los cuales, el consumo interno representó 255,5 bcm. Se exportaron alrededor de 15,8 bcm de gas natural.
Irán posee la tercera mayor reserva de petróleo crudo del mundo, aproximadamente el 9 por ciento del total de reservas de petróleo a nivel mundial. Extrae cerca de 3,3 millones de barriles de crudo y otros 1,3 millones de barriles de condensado y otros líquidos, de los cuales exporta alrededor de 1,8 millones de barriles, según la firma de análisis de datos Kpler, con sede en Bélgica.
Irán es el tercer mayor productor de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El montante generado por la exportación de energía representa una parte considerable de los ingresos del Gobierno y de las reservas de divisas.
Un informe de la Administración de Información Energética de EE. UU. sugiere que Irán recibió 144 mil millones de dólares en ingresos por exportaciones de petróleo en el trienio 2021-2023.
Pero no es fácil obtener datos exactos sobre estas exportaciones. "Irán utiliza diversas técnicas de ofuscación [protección de datos], como desactivar las señales de identificación de sus buques, aplicar transferencias de barco a barco o reetiquetar las cargas como originarias de otros países, tanto para el petróleo crudo como para los productos derivados del petróleo, lo que dificulta proporcionar datos precisos sobre las exportaciones", según el informe.
China sigue siendo un gran importador de crudo iraní, con 1,71 millones de bpd (barriles por día) en marzo, un 20 por ciento más que los 1,43 millones de bpd de febrero, informó la agencia de noticias Reuters.
El precio del crudo aumentó la semana pasada, directamente tras los ataques entre Israel e Irán, pero ha comenzado a disminuir desde entonces, y los dos principales contratos petroleros cayeron más de un 1 por ciento el lunes (16.06.2025).
Si Israel intensificara sus ataques contra las instalaciones energéticas iraníes, eso podría provocar un aumento repentino de los precios mundiales del petróleo y el gas.
Las sanciones paralizan la economía de Irán
A pesar de las vastas reservas de hidrocarburos de Irán, gran parte de su potencial permanece inexplotado. Las autoridades iraníes reconocen que el país necesita tecnología avanzada y miles de millones de dólares en nuevas inversiones para modernizar sus sectores de petróleo y gas. Pero el país está sujeto a uno de los regímenes de sanciones más estrictos del mundo, lo que obstaculiza sus oportunidades comerciales y de inversión.
Aunque un acuerdo nuclear histórico entre Irán y las potencias mundiales en 2015 prometía un alivio de las sanciones a cambio de que el país restringiera sus actividades nucleares, el presidente Donald Trump retiró a Estados Unidos unilateralmente del acuerdo en 2018 y reimpuso las sanciones durante su primer mandato.
Las penalizaciones, destinadas a frenar los programas nucleares y de misiles balísticos de Teherán, se han dirigido a las exportaciones de petróleo de Irán, así como a la banca y el transporte marítimo, entre otros sectores.
También han reducido drásticamente las exportaciones de gas natural de Teherán en los últimos años. Las medidas han paralizado efectivamente la economía de Irán, que actualmente se tambalea por una serie de crisis, como la inflación creciente y el colapso de su moneda.
Décadas de mala administración y tensiones geopolíticas han agravado los problemas económicos. A pesar de sus vastos yacimientos, Irán se ha visto afectado por cortes de energía y un declive de la producción, equipamiento obsoleto y la falta de inversiones en infraestructura.
(cp/ms)