Un video se volvió viral en redes sociales al mostrar a un perro dentro de una cápsula de vidrio, descendiendo al fondo del océano junto a un buzo, rodeado de peces y hasta tiburones. En las imágenes, el can luce tranquilo mientras observa el paisaje submarino desde su extraña “nave acuática”. Pero… ¿es real o es una ilusión generada por inteligencia artificial?
A primera vista, el clip parece salido de un documental de National Geographic. Todo parece demasiado perfecto: el perro está en una cápsula completamente transparente, el buzo lo acompaña nadando, la luz solar entra como en una postal y hasta un tiburón se pasea sin que nadie se altere. Sin embargo, usuarios atentos notaron varias inconsistencias que levantaron sospechas.
Entre los detalles que no cuadran:
- El diseño de la cápsula cambia ligeramente entre escenas.
- La pata del perro atraviesa el vidrio en el segundo 0:51.
- El hocico se “clippea” con el cristal en el segundo 0:55.
- Las orejas flotan como si estuviera en agua, pero el interior se ve seco.
- El movimiento del perro es anormalmente lento, como si estuviera animado en slow motion.
Todos estos son indicios comunes de videos generados con inteligencia artificial (IA) o animaciones 3D. De hecho, la plataforma X (antes Twitter) ya añadió una nota aclaratoria: “This is AI”.
¿Cómo se crean videos como este? Herramientas que lo hacen posible
Hoy en día, gracias al auge de herramientas de IA generativa, cualquiera con conocimientos básicos puede crear este tipo de escenas ultra realistas. Algunos de los programas y plataformas más utilizados para hacer videos como el del perro submarinista son:
- Runway ML: Permite generar clips realistas a partir de texto o imágenes. Es ideal para crear secuencias fluidas y efectos cinematográficos.
- Kaiber: Muy popular entre creadores de contenido, genera videos de estilo artístico o hiperrealista a partir de prompts.
- Pika: Especializada en videos de acción o secuencias complejas, como deportes, movimientos de cámara, etc.
- Sora (OpenAI): Aunque aún en fase de pruebas, esta IA puede generar escenas extremadamente realistas a partir de descripciones detalladas, con movimientos de cámara, interacción física y lógica de entorno.
Además, herramientas de retoque como After Effects o Blender se pueden usar para integrar elementos 3D con video real, haciendo casi imposible distinguir qué es verdadero y qué no.
¿Y si fuera real? Por qué no sería tan sencillo como parece
Aunque la idea de un perro explorador submarino suena tierna, en la práctica sería sumamente peligroso. Las cápsulas presurizadas como la del video requerirían un diseño de alta ingeniería para resistir la presión del agua, tener suministro de oxígeno y mantener condiciones seguras para un animal. Nada de eso se menciona o muestra en el video.
Además, el comportamiento del tiburón parece demasiado sincronizado, casi como si estuviera coreografiado. En el mundo real, el contacto con estos animales requiere muchísima precaución y protocolos estrictos de seguridad.
¿Debemos preocuparnos por este tipo de videos?
Este caso es un ejemplo más del poder —y el riesgo— de los contenidos generados por IA. Aunque en este caso es inofensivo y hasta adorable, también muestra lo fácil que es engañar a millones con algo que nunca ocurrió.
Detectar este tipo de videos requiere ojo crítico y atención al detalle. Si algo parece demasiado perfecto o surreal, probablemente no sea real.
