Solicitar una pizza en las proximidades del Pentágono podría ser un indicio del comienzo de un conflicto bélico. Aunque pueda parecer disparatado, esta es la base de lo que se conoce como la “teoría de la pizza del Pentágono”, una noción que combina el análisis de datos, la observación social y hechos históricos verdaderos.
La teoría denominada como el “pizzómetro del Pentágono” plantea que un incremento inusual en las solicitudes de pizza en las cercanías de entidades como el Pentágono, la Casa Blanca o el Departamento de Estado, podría señalar que importantes funcionarios están laborando arduamente ante la posibilidad de una crisis próxima.

La teoría se originó durante la época de la Guerra Fría, cuando los servicios de inteligencia de la Unión Soviética vigilaban los movimientos logísticos, como las entregas de alimentos, para detectar posibles indicios de actividad militar. En 1990, Frank Meeks, quien era un franquiciado de Domino’s en Washington D.C., observó un incremento anómalo en los pedidos dirigidos a la CIA poco antes de que Irak invadiera Kuwait, evento que desencadenó la Guerra del Golfo.
El repunte del Pizzómetro
El 13 de abril de 2024, conforme a informes de medios globales y a la cuenta especializada @PenPizzaReport, se observó un repunte repentino en las solicitudes de pizza cerca del Pentágono, poco antes de que Irán envíara drones hacia Israel. DW verificó que en ese mismo día, varias pizzerías experimentaron un aumento significativo en su actividad habitual.
Si bien para muchos esta teoría es vista como una curiosidad o incluso una parodia, especialistas como Alex Selby-Boothroyd, quien lidera el periodismo de datos en The Economist, han reconocido que el “Pizza Index” ha mostrado una sorprendente coincidencia con hechos como la invasión a Panamá en 1989 o la Operación Tormenta del Desierto en 1991.
Cada vez más utilizado
Con las herramientas contemporáneas como Google Maps, que ofrece la capacidad de supervisar el flujo de personas en tiempo real en restaurantes, esta “vigilancia pizzera” se ha transformado en una afición compartida por varios usuarios de plataformas sociales.
Si bien el “pizzómetro” no sustituye a los métodos de inteligencia ni a los reportes diplomáticos, su valor como indicador alternativo ha aumentado. En un entorno donde abundan los datos, incluso un pedido de pizza de pepperoni puede generar suspicacias.