Un satélite "muerto" desde 1967 emitió una señal tan breve como impresionante: duró menos de 30 nanosegundos, pero fue tan potente que eclipsó todo lo demás en el cielo nocturno durante ese instante.Un satélite olvidado sorprendió a la comunidad científica al despertar de su largo silencio con un destello de radio tan potente que, por un instante fugaz, eclipsó todo el firmamento nocturno.
Este extraordinario evento fue captado el 13 de junio de 2023, cuando el equipo del Dr. Clancy James de la Universidad de Curtin (Australia) exploraba el cosmos mediante el Australian Square Kilometre Array Pathfinder (ASKAP). Los 36 radiotelescopios de ASKAP en Australia Occidental registraron la enigmática señal que parecía emerger desde las profundidades de nuestra galaxia, despertando inmediatamente el entusiasmo de los investigadores ante la posibilidad de haber descubierto un púlsar desconocido u otro fascinante objeto celeste aún sin catalogar.
Sin embargo, tras un análisis más detallado, descubrieron algo extraordinario: la señal estaba tan cerca de la Tierra que los telescopios del ASKAP no podían enfocarla simultáneamente, "como cuando una cámara de teléfono tiene dificultades para enfocar objetos cercanos", según explicó James a New Scientist. Este fenómeno indicaba que la fuente debía encontrarse a menos de 20.000 kilómetros de nuestro planeta.
Lo más sorprendente fue la brevedad e intensidad del pulso: duró menos de 30 nanosegundos, pero fue tan potente que "eclipsó vastamente todo lo demás en el cielo" durante ese brevísimo instante, en palabras de James citadas por New Scientist.
Cuando los investigadores rastrearon el origen de la señal y lo compararon con las posiciones conocidas de satélites, encontraron un único culpable probable: el Relay 2 de la NASA, un satélite de comunicaciones experimental lanzado en 1964 y considerado "muerto" desde 1967. ¿Ha vuelto el satélite a la vida? Los científicos creen que puede estar pasando algo más.
Relay 2: pionero espacial con historia
El Relay 2 formaba parte de los primeros satélites funcionales de la NASA. Su predecesor, el Relay 1 (lanzado en 1962), había hecho historia como el primer satélite en transmitir señales de televisión desde Estados Unidos a Japón y Europa, incluyendo la trágica cobertura del asesinato de Kennedy, según informa IFL Science.
El Relay 2 fue puesto en órbita en 1964 como dispositivo experimental de comunicaciones, pero la NASA dejó de utilizarlo apenas un año después, en septiembre de 1965. Sus transpondedores siguieron funcionando hasta 1967, año en que toda comunicación cesó, dejando el casco metálico orbitando silenciosamente alrededor de la Tierra. Hasta ahora.
Teorías científicas
¿Qué puede hacer que un satélite muerto durante casi 60 años emita súbitamente una señal tan poderosa? Los científicos barajan dos explicaciones principales.
La primera teoría apunta a una descarga electrostática. Durante décadas orbitando en el espacio, el Relay 2 podría haber acumulado electricidad estática hasta alcanzar un punto crítico, liberando toda esa energía de golpe en forma de un destello similar a una chispa gigante.
La segunda posibilidad involucra a un micrometeoritos. Un pequeño fragmento de roca espacial podría haber impactado contra el satélite, creando una nube de plasma cargado que generó la potente emisión de radio detectada desde la Tierra.
Karen Aplin, astrofísica de la Universidad de Bristol que no participó en la investigación, explicó a New Scientist que sería muy difícil determinar cuál de estos escenarios es el correcto, ya que ambos producirían señales de radio similares.
Implicaciones para el futuro espacial
Este descubrimiento, descrito en un artículo aceptado para ser publicado en The Astrophysical Journal –y ya puede consultarse en ArXiv–, podría tener aplicaciones prácticas importantes. En palabras de Aplin: "En un mundo donde hay mucha basura espacial y hay más satélites pequeños y de bajo costo con protección limitada contra descargas electrostáticas, esta detección de radio puede en última instancia ofrecer una nueva técnica para evaluar descargas electrostáticas en el espacio".
El caso del Relay 2 también nos recuerda que el espacio está lleno de sorpresas. Aunque no se trata técnicamente de un "satélite zombi" –aquellos que vuelven a la vida tras años de inactividad–, sí forma parte de una fascinante familia de objetos espaciales que desafían nuestras expectativas.
El récord de longevidad para un verdadero satélite zombi lo ostenta el AMSAT-OSCAR 7, un satélite de radioaficionados que se dio por muerto en 1981 y reapareció 21 años después, en 2002, para sorpresa de todos.
Editado por Felipe Espinosa Wang con información de New Scientist, NASA, IFL Science, y ArXiv (The Astrophysical Journal).