Delia Icela Quiroa Flores, originaria de Culiacán y con 42 años, ha recorrido un camino tan doloroso como extraordinario. A punto de terminar la carrera de Ingeniería Mecatrónica, su vida cambió drásticamente cuando su hermano Roberto fue secuestrado por primera vez en 2013 en Reynosa, Tamaulipas. Aunque fue liberado tras el pago de un rescate, sufrió dos secuestros más, siendo el último el 10 de marzo de 2014. Desde entonces, su familia no volvió a saber de él.
La falta de respuestas por parte de las autoridades llevó a Delia a abandonar la ingeniería y sumergirse de lleno en la búsqueda de personas desaparecidas. Fundó el colectivo “Buscadoras 10 de marzo”, y en paralelo se convirtió en abogada, especializándose en juicios de amparo.
Este compromiso la llevó a convertirse en una figura nacional en la lucha contra la impunidad y por la dignidad de las víctimas. Su experiencia personal y profesional fue clave para que, el pasado 1 de junio, fuera elegida como jueza de distrito en materia mixta en Sinaloa, en las primeras elecciones judiciales organizadas por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Justicia desde el otro lado: una nueva etapa en su lucha
Con 81 mil 12 votos, Delia Quiroa se convirtió en la segunda candidata más votada para un cargo judicial en el país. Este 3 de julio, recibió su constancia de mayoría, formalizando su llegada al Poder Judicial. Aunque enfrentó obstáculos, como la falta de visibilidad de su fotografía en la plataforma “Conóceles” del INE, y cuestionó el proceso de selección por tómbola y otras irregularidades en la reforma judicial, su victoria representa un hecho histórico.
Finalmente, Quiroa ha dejado claro que su labor como jueza no estará separada de su activismo. Promete trabajar desde el juzgado para garantizar que las autoridades rindan cuentas por violaciones a los derechos humanos y que las víctimas de desaparición forzada tengan acceso a una justicia efectiva.
