Camilo Aldebaran, un adolescente de 14 años, asesinó a sus padres, Inaila y Antônio Carlos Teixeira, y a su hermano menor de 3 años en Itaperuna, Río de Janeiro, Brasil, el pasado 21 de junio.
Según su confesión, esperó a que su familia durmiera, tomó el revólver de su padre, un tirador deportivo, y les disparó en la cabeza. Al pequeño lo ejecutó con una herida en el cuello, argumentando que quiso evitarle el sufrimiento de perder a sus padres.
De acuerdo con los reportes de las autoridades de aquel país, los cuerpos fueron escondidos en una cisterna en la propiedad familiar, donde fueron hallados tras cuatro días, luego de que la abuela paterna denunciara su desaparición.
Confesión escalofriante
El menor intentó engañar a las autoridades afirmando que sus padres estaban en un hospital tras un supuesto accidente de su hermano. Sin embargo, la falta de registros hospitalarios y el aviso de un tío, a quien el adolescente confesó el crimen, llevaron a la policía a inspeccionar la vivienda.
Allí encontraron rastros de sangre y un fuerte olor a descomposición, lo que condujo al descubrimiento de los cuerpos. Durante su declaración, el joven mostró frialdad y afirmó que “lo volvería a hacer” si fuera necesario, según el comisario Carlos Augusto Guimarães.
“Si me amas, sé un hombre”
La investigación reveló mensajes perturbadores entre el adolescente y su “novia virtual” de 15 años, con quien mantenía contacto desde los 8 años a través de un juego en línea.
En los chats, planeaban el crimen con detalles perturbadores, como descuartizar los cuerpos, quemarlos o dárselos a los cerdos para eliminar evidencias. La supuesta menor lo presionó emocionalmente, diciéndole “si me amas, sé un hombre”, tras la negativa de los padres a permitirle viajar a Mato Grosso para conocerla.
La policía considera a la adolescente cómplice, ya que instigó y participó en la planificación del crimen. Este caso plantea serias preguntas sobre la influencia de las redes sociales y los juegos online en adolescentes. Que la falta de supervisión y la exposición a dinámicas virtuales pueden amplificar comportamientos extremos, especialmente en mentes jóvenes, es ahora un tema en la comunidad tras darse a conocer el caso de Camilo Aldebaran.