Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, se declaró culpable de narcotráfico internacional y delincuencia organizada ante una corte en Chicago, marcando un giro inesperado en su historia criminal. Mientras usuarios en redes ironizan con su supuesto “canto”, se reaviva el debate sobre su figura dentro del Cártel de Sinaloa, sus vínculos familiares, y el mito que lo rodea desde el “Culiacanazo”.
De acuerdo con la acusación, Ovidio supervisó el tráfico masivo de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y, especialmente, fentanilo: un opioide sintético responsable de miles de muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos. Además, se le relaciona con el lavado de dinero y el uso de armas para proteger sus operaciones. Su acuerdo con la fiscalía incluye colaborar con las autoridades, lo que podría reducir su sentencia y evitarle una cadena perpetua como la que cumple su padre.
Ovidio viral: entre memes y especulación política
Desde que era una posibilidad y ahora que se ha confirmado su declaración de culpabilidad, las redes sociales estallaron con comentarios que mezclaban sarcasmo, ironía y escepticismo. En X, muchos usuarios viralizaron frases como “El Ratón va a cantar”, haciendo alusión tanto a una eventual colaboración judicial.
Incluso se han difundido imágenes generadas con inteligencia artificial donde Ovidio aparece como cantante de música regional, vestido con trajes elegantes sobre escenarios iluminados. Mientras algunos lo toman como una burla, otros interpretan estas publicaciones como un reflejo del arraigo de la narcocultura en el imaginario colectivo mexicano.
En paralelo, analistas advierten que la cooperación de Ovidio con la justicia estadounidense podría revelar información sensible sobre el funcionamiento interno del cártel, así como posibles nexos con figuras del poder político y empresarial en México, algo que elevaría aún más el impacto mediático de su caso.
El legado del “Culiacanazo” y la leyenda naciente
Ovidio ya era una figura viral desde 2019, cuando se convirtió en el rostro del “Culiacanazo”, un operativo fallido en Culiacán que terminó con la liberación forzada del capo tras una violenta reacción del Cártel de Sinaloa. Ese episodio no sólo dejó a las autoridades mexicanas en entredicho, sino que también catapultó a Ovidio al estatus de ícono del narco.
Los detalles llamaron la atención, la camisa que Ovidio Guzmán portaba durante su detención generó tanto revuelo en internet que muchos usuarios comenzaron a investigar su origen. Pronto se difundió que la prenda, de diseño sencillo, supuestamente era de la marca mexicana “Cuidado con el Perro”, con un precio de apenas 248 pesos.
El dato sorprendió a muchos, considerando que se trataba del hijo de uno de los narcotraficantes más ricos del mundo, según Forbes. En pocas horas, quienes ya la poseían comenzaron a ofrecerla en plataformas como Mercado Libre hasta por mil pesos.
Sin embargo, expertos en moda y usuarios más detallistas notaron diferencias. La prenda original, aparentemente, era de la diseñadora española Purificación García, reconocible por un pequeño cuadrado azul en el extremo inferior y botones blancos con costura negra, elementos ausentes en la versión económica.
Tras su captura en enero de 2023, un operativo que dejó 29 muertos, y su extradición a Estados Unidos en septiembre de ese mismo año, su figura permaneció en el centro del debate sobre el poder del narcotráfico y la capacidad del Estado mexicano para enfrentarlo.
El hijo que El Chapo quiso alejar del narco
Algo poco conocido, es lo revelado en el documental “Culiacanazo: Herederos del Narco”, Ovidio era considerado el hijo más dócil y reservado por su padre. Joaquín Guzmán Loera intentó alejarlo del mundo del crimen desde temprana edad, incluso inscribiéndolo en un colegio católico de la Ciudad de México. Tanto su madre como otros miembros de la familia compartían ese objetivo: mantenerlo al margen del negocio familiar.
No obstante, las circunstancias, y posiblemente la presión de sus hermanos, lo arrastraron a ocupar un lugar dentro del cártel. Su entrada a la organización no fue marcada por ambición, sino por necesidad y lealtad familiar, lo que lo convirtió en una figura más vulnerable y manipulable en comparación con sus hermanos.
Es así que Ovidio era visto como el hermano que aún buscaba ganarse el respeto del resto, desempeñando tareas importantes, pero sin tener la última palabra en las decisiones estratégicas del grupo, ya que el liderazgo principal recaía en Iván Archivaldo Guzmán, el hermano más violento y ambicioso del clan, de quien se dice que incluso tiene aspiraciones de superar a su padre en el legado criminal; mientras que Jesús Alfredo Guzmán se encarga de las operaciones logísticas y financieras del cártel, actuando como un puente con otras redes criminales
Lo que viene: sentencia, cooperación y consecuencias
La sentencia de Ovidio Guzmán será determinada en los próximos seis meses, dependiendo de su cooperación con la fiscalía estadounidense. Aunque los términos exactos del acuerdo se mantienen en reserva, se especula que podría brindar información sobre otros líderes del Cártel de Sinaloa, como Ismael El Mayo Zambada, o incluso revelar redes de protección institucional en México.
Su confesión y potencial cooperación podrían marcar un antes y un después en la lucha contra el narcotráfico, aunque también aumentan los riesgos personales para él y su familia. Mientras tanto, la figura de “El Ratón” sigue alimentando tanto los titulares como la cultura popular.