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Cumbre progresista en Chile: "Una reunión sin un objetivo claro"

Los presidentes de Brasil, Uruguay, Chile y Colombia, además del presidente del Gobierno de España, se reunieron en Santiago para hablar de democracia. DW

Lula, Sánchez, Petro y Orsi arribaron a Santiago para encontrarse con Gabriel Boric, anfitrión de una cita para defender la democracia y frenar a la ultraderecha. ¿Lograron algo?Cinco mandatarios progresistas reunidos en Santiago de Chile para impulsar una agenda de respeto a la democracia no es algo que se vea todos los días. Y aunque los presentes adhirieron a una serie de compromisos sobre lucha contra el crimen organizado, el cambio climático y la desinformación, "Democracia siempre” -el nombre de la instancia- carece de una estructura formal, aun cuando es la segunda vez que estos jefes de Estado (de España, Colombia, Brasil, Uruguay y Chile) se ven las caras en este mismo formato. La primera fue en septiembre de 2024 en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas.

"No fue una reunión con carácter de Estado, sino de líderes de izquierda. Su objetivo fue consolidar una alianza y un programa que le entregue proyección a cierto progresismo”, dice a DW el doctor en Teoría Política Pablo Ortúzar, miembro del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES).

"El interés específico del presidente Gabriel Boric por convocar esta instancia es intentar posicionarse a nivel del activismo global para tener un espacio seguro al cual arribar después de su mandato, probablemente con la expectativa de volver a buscar la presidencia de Chile en cuatro años más”, especula Ortúzar.

"No existe claridad sobre cuál es el origen, la iniciativa y el objetivo de esta reunión, que tampoco va a tener una gran trascendencia”, sostiene, por su parte, Olaf Jacob, representante en Chile de la fundación alemana Konrad Adenauer, vinculada a la Unión Cristianodemócrata (CDU).

Críticas y respuesta

"Democracia siempre” desató críticas antes, durante y después de su realización. El senador y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta de Chile, Iván Moreira (de la derechista Unión Demócrata Independiente), dijo que la reunión era "un encuentro irrelevante, que no tendrá efectos en la política interna y menos en la política internacional”. Para él, se trató más bien de "un gustito presidencial que pasará al olvido en un par de semanas”.

La repetición de comentarios del mismo tenor llevaron a Boric a responder. "Hay quienes critican este encuentro, no les gusta que nos juntemos. Yo les digo abiertamente: nunca es un mal momento para fortalecer la democracia y el respeto irrestricto a los derechos humanos, al derecho internacional, a la justicia, a la igualdad”, señaló el presidente anfitrión, quien también descartó que la cita fuera un "gustito” de su parte.

La confirmación de una nueva cumbre en septiembre, otra vez en Nueva York, y el interés que, según Boric, expresaron los Gobiernos de México, Dinamarca, Australia, Canadá, Sudáfrica, Reino Unido y Honduras por sumarse a esta alianza internacional, podría desmentir la intrascendencia de la iniciativa. "Está naciendo algo grande”, vaticinó el mandatario chileno.

Enfrentar a la ultraderecha

La lucha contra la ultraderecha fue uno de los pilares del encuentro. "Nuestras sociedades se enfrentan a una amenaza real, liderada por una coalición de intereses entre oligarcas y la ultraderecha. Una internacional del odio y la mentira que avanza peligrosamente, por desgracia, en ambos continentes”, dijo Pedro Sánchez. La propuesta de luchar contra la desinformación esbozada en el comunicado final de la cumbre avanza en esa misma línea.

"La izquierda chilena ha decidido que uno de los ejes de su campaña sea el de democracia-autoritarismo. Esta cumbre, en buena parte, obedece a esa misma lógica, lo cual es irónico, porque la convierte en un evento del Gobierno por la democracia, pero con tintes de intervencionismo electoral. Es decir, una contradicción performativa”, sostiene el académico Ortúzar, que también critica que se dejaron fuera puntos relevantes.

"Uno es el tema de la corrupción, sabiendo el daño que produce a la democracia, básicamente porque algunos asistentes tenían flancos complicados en ese ámbito”. Otra cosa que llamó la atención del experto es que "Boric se plantee con tanta seguridad en estos asuntos, siendo que ahora impulsa la candidatura presidencial de Jeannette Jara, perteneciente a un Partido Comunista de convicciones leninistas, aliado de Cuba, Nicaragua, Irán y Venezuela”, comenta Ortúzar.

Olaf Jacob, en tanto, estima que esta instancia -pese a las expectativas de Boric- carece de posibilidades de proyección. "De los cinco jefes de Estado, Boric está de salida, Lula tiene fuertes problemas internos, Petro también está bajo gran presión en su país y Sánchez tiene dificultades por los escándalos que se han dado en España”, analiza. Solo Yamandú Orsi, el presidente de Uruguay, parece navegar por aguas más calmas.

Para el representante en Chile de la Fundación Konrad Adenauer la mejor manera de resumir la cumbre es la siguiente: "Yo creo que fue una reunión de cinco jefes de Estado que tienen sintonía entre ellos, con un posicionamiento político similar y que se reunieron en Santiago sin un objetivo claro y definido”.

(ms)

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