El acceso a una de las mecas de la lírica no es fácil para las nuevas generaciones en Latinoamérica. En una decisión histórica, la Ópera Metropolitana de Nueva York realizará audiciones en Argentina, Chile y Colombia."Me enamoré profundamente de este género artístico”, dice a DW Ismael Correa Ulriksen, desde Santiago de Chile. "No fue algo que me pasara desde tan chico como en otros casos, pero diría que ‘caí en trance' con la ópera a los 16 o 17 años”, cuenta este barítono de 23 años.
"Trabajar con la música es siempre cambiante. Cada desafío es nuevo”, destaca Correa Ulriksen de su pasión. "Muchas veces estás rodeado de personas de todo el mundo, y eso hace que cada proyecto sea único”, remarca también sobre la actividad que eligió para dedicarle su tiempo y su vida.
Similar es el caso de la talentosa Uma Cora al otro lado de la cordillera de los Andes. "Lo que más me gusta de mi profesión es el poder de transmitir”, cuenta la joven soprano desde Buenos Aires. "Los cantantes somos un vehículo que toma el contenido del compositor, lo procesamos por nuestro cuerpo y se lo brindamos a quienes nos ven”, grafica ante este medio.
Ambos dan cuenta de historias de perseverancia y éxito. También, de carreras con proyección internacional. Correa Ulriksen se incorporará a fines de este mes al Dutch National Opera Studio de Ámsterdam. Cora, en tanto, fue seleccionada para continuar con su formación en Alemania y se presentará en 2026 en Berlín.
Camino con escollos
Pero el camino para los jóvenes latinoamericanos en el mundo de la lírica no es fácil. "Muchas veces no nos presentamos a concursos porque es imposible pagar todo lo que implica. A mí me ha pasado”, cuenta la joven porteña sin tapujos.
"Vivir tan lejos implica un costo alto, especialmente si uno quiere participar en audiciones o acceder a oportunidades que están, en su mayoría, en Europa o Estados Unidos. No solo es una inversión económica importante, también hay un desgaste físico real”, apunta, asimismo, el barítono chileno.
"Los jóvenes artistas deben sortear barreras económicas, financieras y también sociales para poder desarrollarse. Y los accesos a estudios con niveles de excelencia son limitados”, describe el panorama en el continente la cantante de ópera y profesora de canto argentina Lupe Larzábal, en diálogo con DW.
"En Latinoamérica se necesita un factor adicional, un kilaje extra de coraje y una toma de decisiones más radical para lanzarse al mundo de la ópera de lleno”, da fe Larzábal desde su experiencia, hoy radicada en la ciudad de Bonn y responsable de un programa de becas para jóvenes cantantes.
Y no es todo. Hay también otras cuestiones que dificultan -o incluso truncan- el camino artístico. "Los latinoamericanos sufrimos de mucha discriminación”, asegura Cora. "Una piel que no sea absolutamente blanca no es bienvenida. Tampoco rasgos indígenas”, revela. "Hay prejuicios contra nuestras nacionalidades”, suma. "Creen que no tenemos constancia de trabajo, que todo es fiesta…”, lamenta.
Una iniciativa que acorta distancias
En este marco, las buenas noticias se celebran aún más. Y es que, por primera vez, uno de los concursos más antiguos e importantes del mundo, la Laffont Competition , organizada por la Ópera Metropolitana de Nueva York, tendrá lugar en la región.
"Acercar esta oportunidad a Sudamérica es, para nosotros, una forma concreta de decirles a nuestros artistas: 'creemos en ustedes, merecen estar ahí, y vamos a apoyarlos para que puedan llegar'”, comparte en entrevista con DW Andrés Rodríguez Spoerer, gerente del Área Música de la chilena Fundación Ibáñez Atkinson, y presidente de la región sudamericana y director del distrito Chile del concurso Laffont Competition.
Las audiciones se realizarán en Santiago, Bogotá y Buenos Aires. Y la semifinal y final tendrá lugar directamente en Nueva York, donde, a quienes lleguen a esa instancia, les espera una semana de formación intensiva con directores musicales, preparadores vocales y coaches de idioma del MET. ¿El premio para los ganadores? Una suma en dólares y un espaldarazo en su carrera profesional.
Pero la relevancia excede incluso a los ganadores: "Más allá del impacto individual que puede tener en cada cantante seleccionado, el verdadero valor está en lo colectivo: cuando una región se organiza y colabora, como lo estamos haciendo hoy desde Chile, junto a Colombia y Argentina, se generan avances duraderos para todo el ecosistema artístico”, amplía Rodríguez Spoerer.
Y es, además, un camino de dos vías: "La llegada de más cantantes latinoamericanos la Metropolitan Ópera no es solo una oportunidad para ellos: es también una oportunidad para la Met”, sostiene.
"Latinoamérica ha sido históricamente una región con grandes voces, pero también con una sensibilidad particular: hay una emocionalidad, una entrega, una intensidad interpretativa que nace de contextos muchas veces adversos, pero también profundamente creativos. Esa energía, cuando se encuentra con la excelencia técnica y la disciplina que exige un escenario como el de la MET, produce algo distinto y poderoso", concluye Rodríguez Spoerer.
Todo es posible. Pueden postularse cantantes de entre 20 y 30 años de toda Latinoamérica, y la inscripción ya está abierta. ¡Música, maestro!
(ms)