En Alemania escasea la vivienda asequible. Con un cambio a la ley de construcción, el Gobierno espera que se construyan más edificios a una velocidad “turbo”.En un país donde se tarda más en aprobar un proyecto urbanístico que en construirlo, la ministra alemana de Construcción y Vivienda, Verena Hubertz, busca paliar la escasez de vivienda asequible.
En mayo de 2025, Hubertz dijo a la televisora ARD que planeaba dotar a las autoridades locales de una "palanca" legal -bautizada como "turbo de la construcción"- con el objetivo de sortear la laberíntica legislación urbanística.
Si la legislación se aprueba en otoño, los ayuntamientos tendrán la posibilidad de aprobar proyectos de construcción, cambio de uso y renovación, que se aparten de las disposiciones del Código de Construcción, si esos proyectos sirven para construir nuevos edificios destinados a viviendas.
Las solicitudes de planificación también se aprobarán automáticamente al cabo de dos meses, a menos que el municipio las vete.
La normativa de construcción varía entre los 16 estados federados, así como entre los municipios, lo que ha dado lugar a un mosaico de normas que regulan desde el número de enchufes por habitación hasta la forma y el color de los tejados.
El Ministerio de Construcción calcula que su enmienda legislativa ahorrará a empresas, ciudadanos y autoridades locales unos 2500 millones de euros al año.
No hay solución de la noche a la mañana
Tim-Oliver Müller, director gerente de la Asociación Federal de la Industria Alemana de la Construcción (HDB, por sus siglas en alemán), saluda los planes del Gobierno, pero advierte que la construcción de vivienda "no se reactivará de la noche a la mañana".
"La ley por sí sola no se traducirá en un solo departamento nuevo, pero facilitará a las autoridades locales su aprobación", dice Müller a DW.
El entrevistado explica que la industria de la construcción se ha visto afectada por una "mezcla de crisis", en gran parte como resultado de la invasión rusa a Ucrania, el aumento de los precios de la energía, del costo de materiales como el hormigón y el acero, la inflación y la subida de los tipos de interés desde menos del 1 por ciento hasta entre un 3 y un 4 por ciento.
Müller también está convencido de que los nuevos cambios legislativos no afectarán los estándares de calidad en la construcción.
La nueva legislación, agrega, es una "mera creación de posibilidades, por ejemplo, en lo que respecta a la ampliación de edificios o el cambio de la designación de un terreno comercial a residencial, algo que antes no era posible".
Menos ecológico y más burocrático
Las críticas no se han hecho esperar. Hay ecologistas que se muestran preocupados por la flexibilización de la normativa urbanística, ya que temen que haya espacios verdes que se vean afectados por la aprobación de nuevos proyectos urbanísticos.
"Solo los espacios verdes pueden amortiguar las olas de calor", dijo a ARD Stefan Petzold, de la asociación para la conservación de la naturaleza NABU.
Para Matthias Günther, director del Instituto Pestel, que investiga la vivienda para los sectores público y privado, la nueva legislación "no conseguirá nada a corto plazo". "Se añadirán párrafos y secciones adicionales al Código de Construcción, creando más burocracia", señala Günther, en entrevista con DW.
En su opinión, lo que realmente necesita Alemania es un paquete de estímulo económico para la construcción de vivienda que comience en otoño y vaya acompañado de un programa de préstamos con tipos de interés fijos al 2 por ciento durante los próximos 20 años.
Escasez de vivienda
La dramática falta de vivienda es una de las principales razones por las que los alquileres se han disparado en las grandes ciudades alemanas, apunta, por su parte, Bernard Faller, de la Asociación Federal de Vivienda y Desarrollo Urbano (VHW, por sus siglas en alemán). Más de la mitad de la población germana vive de alquiler, la proporción más alta de la Unión Europea.
Aunque el país cuenta con algunas de las leyes de protección del inquilino más estrictas del mundo, Faller explica que esas leyes sirven para proteger a los inquilinos existentes y van en contra de quienes quieren o necesitan mudarse, sobre todo los jóvenes y las familias numerosas. "El problema sigue siendo el mismo: hay muy poca vivienda para satisfacer la demanda", agrega, en declaraciones para DW.
Las cifras son claras: Alemania necesitará unas 320.000 viviendas nuevas al año hasta 2030, calcula el Instituto Federal de Investigación sobre Construcción, Urbanismo y Ordenación del Territorio (BBSR, por sus siglas en alemán).
(vt/ms)