Una tragedia aérea sacudió a Rusia, luego de que un avión de pasajeros se estrellara en la provincia de Amur, en el extremo oriente del país. A bordo viajaban al menos 49 personas y las autoridades confirmaron que no hubo sobrevivientes.
El siniestro ocurrió cuando un Antonov An-24 de la aerolínea regional Angara Airlines realizaba la ruta entre Blagoveshchensk y Tynda. La aeronave perdió contacto con los radares durante una segunda maniobra de aproximación al aeropuerto de destino, bajo condiciones climatológicas adversas.
Localizan el fuselaje en llamas en una zona montañosa
Tras varias horas de búsqueda, un helicóptero de rescate Mi-8 localizó el fuselaje incendiado del avión a unos 15 kilómetros al sur de Tynda, en una zona de difícil acceso y cubierta por bosques. Equipos de emergencia confirmaron desde el lugar que no se encontraron sobrevivientes entre los restos.
De acuerdo con fuentes oficiales citadas por medios como The Guardian y El País, el vuelo transportaba a 43 pasajeros —entre ellos cinco menores de edad— y seis tripulantes. Las autoridades rusas aún trabajan en la identificación de las víctimas y la recuperación de los cuerpos.
Investigan si fue un error humano o una falla técnica
Aunque las investigaciones están en curso, las primeras hipótesis apuntan a un posible error de la tripulación durante el aterrizaje, combinado con condiciones meteorológicas desfavorables. También se evalúa la posibilidad de una falla técnica, ya que el An-24 involucrado era un modelo antiguo fabricado en la década de 1970.
El Comité de Investigación de Rusia abrió una carpeta para esclarecer las causas del accidente. The Washington Post ha señalado que el mantenimiento de aeronaves en Rusia se ha visto afectado por las sanciones internacionales, lo que complica el acceso a repuestos y la renovación de la flota.
Este siniestro se suma a una larga lista de accidentes aéreos en el país, donde el uso de aeronaves de fabricación soviética continúa siendo común, especialmente en rutas regionales remotas