Alemania está reduciendo su apoyo financiero a la cooperación al desarrollo, por ejemplo, para proyectos de paz. Y esto, mientras el conflicto parece recrudecer otra vez en Colombia.En el llamado "macrocaso" que investiga la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia, 35.178 personas fueron registradas como víctimas de violencia sexual y de género en el marco del conflicto armado colombiano (1957-2016). La mayoría de las víctimas son mujeres, y un gran porcentaje sufrió violencias cuando eran niñas, niños y adolescentes. Mientras estos casos son objeto de investigación por parte de la JEP, es posible que algunas víctimas no puedan recibir el apoyo que necesitan.
Dado que Alemania realiza recortes en su presupuesto estatal para la cooperación al desarrollo, esto suele afectar a proyectos como los que respalda el Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ). Las mujeres que sufrieron violencia en esos años, por caso, hoy reciben menos apoyo en talleres dedicados a ayudarlas a reconstruir sus proyectos de vida, y a prepararse para los procesos que fortalecen su participación en la JEP a fin de lograr justicia y reparación, según ese instituto.
Desde 1965, Alemania participa en la financiación de una gran variedad de proyectos de desarrollo en Colombia. Estos incluyen todo tipo de ámbitos: algunos protegen la biodiversidad del Amazonas y los mares, otros promueven la eliminación gradual de energías fósiles o apoyan la inclusión de migrantes y desplazados internos. Además, Alemania lleva mucho tiempo apoyando el proceso de paz, por ejemplo, financiando organizaciones locales.
Colombia, país favorito de los donantes en 2016
Especialmente mientras se elaboraba y firmaba el acuerdo de paz con la guerrilla armada de las FARC, en torno a 2016, Colombia recibió mucho apoyo de otros países. Hubo proyectos destinados a proteger a las víctimas y sus derechos, apoyar procesos de reincorporación de excombatientes y de justicia transicional.
CAPAZ también surgió en este contexto, cuenta a DW su director, Stefan Peters, quien también es profesor de Relaciones Internacionales y Estudios de Paz de la Universidad de Giessen, en Alemania. Colombia era entonces un Donor Darling, es decir, un país que se beneficiaba especialmente de las donaciones internacionales: "Colombia estaba en la mira del mundo y se podía disfrutar de esa fama".
En 2026 se cumplirá una década desde el acuerdo de paz. Sin embargo, el conflicto se está recrudeciendo de nuevo: la violencia, especialmente en las zonas rurales, está aumentando, y grupos armados como el ELN y las disidencias de las FARC se enfrentan entre sí. Nuevamente van aumentando el número de personas desplazadas y las violaciones de los derechos humanos. A pesar de ello, desde hace algunos años, Alemania está llevando a cabo recortes en su apoyo financiero al desarrollo en Colombia.
Los recortes, un "error"
"Reducir el apoyo en un momento en el que hay situaciones críticas no contribuirá precisamente a fortalecer la construcción de paz", critica Peters. "Lo considero un error".
Se muestra optimista en cuanto a que CAPAZ no se verá afectado fuertemente por recortes presupuestarios drásticos. Sin embargo, el instituto también ha tenido que ahorrar: ha reducido el apoyo financiero a algunos proyectos que permiten, por ejemplo, a las víctimas de la guerra indígenas, afrocolombianas o exiliadas participar en el proceso de paz, a través de la justicia transicional, como lo menciona Indira Murillo, directora de proyectos de CAPAZ, en un documento enviado a solicitud de DW.
Por su parte, la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), el actor central del Gobierno alemán en la aplicación de proyectos para el desarrollo, respondió por correo electrónico, consultada por DW, que los recortes no permiten "sacar conclusiones sobre proyectos concretos", ya que estos suelen tener una duración de varios años. Además, indicó que "el fomento de la justicia transicional y restaurativa, así como la integración socioeconómica de los desplazados internos y las comunidades de acogida, siguen siendo temas centrales de la GIZ en Colombia".
Reducción progresiva del presupuesto alemán para ayuda internacional
Aunque Alemania no se retira de los países a los que apoya tan rápida y contundentemente como Estados Unidos, sí se observa una clara tendencia a disminuir la financiación de la cooperación al desarrollo.
Mientras que el Ministerio alemán de Cooperación Económica y Desarrollo recibió 12.160 millones de euros en 2023, su presupuesto se reducirá en aproximadamente un 25 por ciento hasta 2028, según explica Lukas Goltermann, de Venro, en entrevista con DW. Esa organización paraguas defiende los intereses de las oenegés. Desde 2024, con estos recortes, Alemania incumple el acuerdo internacional de destinar el 0,7 por ciento de su rendimiento económico a la cooperación al desarrollo, establecido por la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), una medida reconocida internacionalmente acordada de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Y también el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania (Auswärtiges Amt, AA), que presta apoyo en materia de ayuda humanitaria y fomento de la paz, solo recibe 5.960 millones de euros en el presupuesto de 2025, lo que supone una reducción de 743 millones de euros con respecto al año anterior. El AA financia, entre otros, a CAPAZ. El hecho de que Alemania apoye menos a otros países es algo que ocurre de forma gradual. Sin embargo, "esta reducción afecta sobre todo a los nuevos proyectos", sostiene Goltermann.
Crítica a la política de "Alemania primero"
La planificación del presupuesto de Alemania para 2025 y 2026 muestra que la tendencia de los años recientes continúa: la cooperación al desarrollo parece haber dejado de ser una prioridad en la distribución de fondos. En su lugar, debido causas económicas y geopolíticas, se invierte más dinero en otras áreas, como la defensa.
Lukas Goltermann critica esta política llamándola "Alemania primero", porque, explica, lo que para el Gobierno alemán es una medida de ahorro, para alguien en otra parte del mundo puede afectar gravemente su vida. "Es muy amargo ver esto cuando se está un poco más cerca de lo que está sucediendo en el mundo y de cómo evolucionan las necesidades de las personas en otros países", lamenta Goltermann.
Alemania se orienta más hacia sus propios intereses
Tanto en la sociedad como en la política alemanas, se percibe una disminución en el apoyo a la cooperación al desarrollo. Esto se refleja en un estudio del Instituto Alemán de Evaluación de la Cooperación al Desarrollo (DEval), financiado con recursos del Ministerio alemán de Cooperación Económica y Desarrollo. Y esto ha sido palpable también en debates en Alemania que han sido simbólicos en ese sentido, como el de 2024, en el que se planteó por qué debería Alemania invertir mucho dinero en ciclovías en Perú.
Sin embargo, a juicio de Goltermann, esta visión es estrecha de miras. Los propios países donantes también se benefician cuando se aplican medidas de protección climática en el extranjero, especialmente en regiones como la Amazonía. "Si hablamos de protección medioambiental, eso no lo podemos hacer sin Latinoamérica", subraya, por su parte, Stefan Peters, director de CAPAZ.
Peteres también observa que Alemania se orienta cada vez más hacia sus propios intereses. Pero esos intereses, recalca, también son proteger los derechos humanos, la democracia y la paz, lo que beneficia a Alemania, y la cooperación académica, que es un punto central para un país que depende de la innovación.
La cooperación al desarrollo es "una inversión estratégica"
A menudo, en el discurso político pareciera que la cooperación al desarrollo se reduce a la caridad, añade Goltermann. Sin embargo," el trabajo de desarrollo es más bien una inversión estratégica que también beneficia a Alemania y a Europa".
Hay que hablar más de ello, opina Peters. "Es necesario un debate político serio sobre lo que realmente significa la cooperación internacional, donde puede haber más sinergias y eficiencia, pero también sobre los peligros que conllevan los supuestos ahorros, que pueden resultar muy caros a mediano y largo plazo. El proceso de paz colombiano es frágil".
(cp)