Cada vez más países están dispuestos a reconocer un Estado palestino, pero el camino no es fácil. Tampoco lo es el ingreso en la ONU.Aliados tradicionales de Israel cada vez reconocen más, o se posicionan para reconocer la existencia de Palestina como Estado.
Pero las medidas seguidas por países como Francia, Canadá y, potencialmente, el Reino Unido, para reconocer un Estado palestino no van a poner necesariamente fin a la guerra ni van a garantizar las fronteras territoriales, ya que el proceso para reconocer un Estado no es sencillo.
¿Qué es lo que define a un Estado?
Hay Estados de todas las formas, tamaños y estructuras. Actualmente, 193 son miembros de pleno derecho de las Naciones Unidas. Pero no ser miembro de pleno derecho de la ONU no impide participar en funciones de la organización, ni unirse a otros organismos internacionales, e incluso tener misiones diplomáticas. Tampoco es necesario ser miembro de la ONU para ser un Estado.
Una de las guías más sencillas para definir lo que es un Estado está en la Convención sobre los Derechos y Deberes de los Estados, la llamada Convención de Montevideo, firmada en 1933. En ella, se enumeran cuatro criterios para tener la condición de Estado: límites territoriales definidos, una población permanente, un gobierno que represente a ese pueblo y la capacidad de entablar acuerdos internacionales.
A veces se dice que un Estado existe cuando es reconocido por un número suficiente de países fuera de su propio territorio. Aunque este criterio no forma parte literalmente de las convenciones internacionales, Gezim Visoka, investigador en estudios sobre paz y conflictos y experto en cuestiones de Estado de la Universidad de Dublín, Irlanda, considera que eso es algo que se aplica de manera efectiva a través de otras medidas.
"El reconocimiento es crucial para que un Estado funcione, exista internacionalmente, entable acuerdos, se beneficie de los tratados internacionales y esté protegido frente a anexiones, ocupaciones y otras formas de intervención arbitraria del extranjero", afirma Visoka.
Cómo convertirse en Estado miembro de la ONU
Ser reconocido como Estado o cumplir los criterios de Montevideo no conduce automáticamente a ser admitido en la ONU. Para convertirse en miembro de ese organismo, el Estado candidato debe seguir varios pasos: enviar una carta al secretario general de la ONU, realizar una declaración formal aceptando las obligaciones de los miembros de la Carta de las Naciones Unidas y obtener el apoyo del secretario general.
A continuación, el Estado candidato debe obtener el apoyo de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. Concretamente, nueve de los 15 miembros del Consejo deben votar a favor del candidato. Y los cinco miembros permanentes (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) también deben votar a favor.
Históricamente, esta ha sido una barrera difícil de superar para los Estados candidatos, incluso para aquellos que gozan de un alto nivel de reconocimiento. Palestina, Kosovo y el Sáhara Occidental se encuentran entre los Estados que gozan de amplio reconocimiento, pero que no son miembros de pleno derecho de la ONU. Pero, si se logra superar esa barrera, el país candidato solo necesita obtener una mayoría de dos tercios de los votos de todos los demás miembros de la ONU en la Asamblea General.
Observadores, miembros de pleno derecho, ventajas e inconvenientes
Aparte de los 193 Estados miembros de la ONU, hay dos observadores permanentes: la Santa Sede y Palestina, que pueden acceder a la mayoría de las reuniones y documentos de la ONU, así como mantener misiones en la sede de la organización.
Algunos Estados reconocidos desde hace mucho tiempo se han resistido a adherirse a la ONU. Suiza, por ejemplo, pasó 56 años como observador permanente antes de adherirse finalmente como miembro de pleno derecho en 2002.
Sin embargo, las ventajas de pertenecer a la ONU son evidentes, ya que este hecho actúa como un reconocimiento de facto, proporcionando integridad soberana en caso de que uno o más Estados dejen de reconocerlo, y una base para la igualdad, independientemente del tamaño y la fuerza.
"Por otro lado, no ser miembro tiene desventajas", explica Visoka. "No se disfruta del mismo acceso a las agencias y programas, se puede estar expuesto a un trato peor, así como a aislamiento y relaciones comerciales y económicas desiguales".
Lugares como los territorios palestinos y Kosovo son ampliamente reconocidos como Estados, pero, aún así, se enfrentan a retos. El hecho de que no hayan recibido la aprobación para convertirse en miembros de pleno derecho de la ONU "no los hace menos Estado que otros Estados", subraya Visoka.
El reconocimiento de un Estado es un proceso flexible y cambiante. "Desgraciadamente, el reconocimiento sigue siendo la parte más débil del derecho internacional, por lo que no existe ningún tratado ni normativa sobre quién es un Estado, quién tiene derecho a reconocer a otros Estados, y qué entidades son candidatas al reconocimiento y a la condición de Estado", explica Visoka.
"Se define en gran medida caso por caso. No todos los Estados tienen una política de reconocimiento unificada, por lo que improvisan, se adaptan y cambian", comenta el experto. Esto puede dar lugar a violencia y conflictos, ya que los Estados luchan por obtener el reconocimiento y la legitimidad ante otras naciones, con ejemplos recientes como el surgimiento de Kosovo y Sudán del Sur a raíz de conflictos.
(ms/cp)