Un tribunal federal ordenó la liberación inmediata de Israel Vallarta Cisneros, quien permaneció preso 19 años sin haber recibido una sentencia.
Su nombre fue asociado durante años a la supuesta banda de secuestradores “Los Zodiaco” y a uno de los episodios más escandalosos de manipulación mediática y fabricación de culpables en tiempos de Genaro García Luna.
Una absolución que sacude al sistema: “¡Por fin libre!”
Vallarta fue arrestado en 2005 en el rancho Las Chinitas, junto con la ciudadana francesa Florence Cassez, durante un operativo que luego se supo fue un montaje televisado por Televisa con la anuencia de las autoridades federales.
Desde entonces, Vallarta se convirtió en rehén de un sistema judicial que usó la prisión preventiva como condena anticipada, sin juicio justo, sin pruebas sólidas y con múltiples denuncias de tortura.
Florence fue liberada en 2013 tras un fallo histórico de la Suprema Corte que acreditó graves violaciones a su debido proceso. Israel no tuvo la misma suerte: su proceso fue fragmentado, estancado y lleno de omisiones.
Durante casi dos décadas, su defensa denunció irregularidades ante organismos internacionales, presentó peritajes de tortura y pidió sin éxito que se dictara una resolución definitiva. Hasta ahora.
La noticia de su liberación fue dada a conocer por su esposa y activista, Mary Sainz, quien celebró en redes sociales la decisión del juzgado con un mensaje contundente: “Después de casi 20 años sin sentencia… ¡por fin libre!”.
La jueza Mariana Vieyra Valdés fue quien dictó la sentencia absolutoria, al concluir que no existían pruebas que sostuvieran los cargos por secuestro, delincuencia organizada ni posesión de armas.
El fallo se da en un contexto político complejo. A días de que se destaparan nuevos escándalos ligados al exsecretario Adán Augusto López en Tabasco, el caso Vallarta vuelve a posicionarse como un espejo del pasado que todavía no se ha cerrado.