El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, informó que analiza interponer una denuncia formal por el presunto uso no autorizado del nombre del estado y la apropiación cultural de un diseño tradicional de huaraches oaxaqueños, incluido en una reciente colaboración entre la marca deportiva Adidas y el diseñador mexicano-estadounidense Willy Chavarría.

El calzado, nombrado ‘Oaxaca Slip-On’, fue presentado durante un evento en el Museo de Arte de Puerto Rico. El modelo genera polémica al reinterpretar los huaraches típicos de Villa Hidalgo Yalalag, comunidad indígena de la Sierra Norte de Oaxaca, fusionando su diseño de cuero y tejido cruzado con una suela tipo ‘sneaker’ característica de la marca alemana.

Jara Cruz indicó que conoció el caso a través de una nota informativa, y que buscará establecer diálogo con los habitantes de Yalalag para coordinar posibles acciones legales.

“Es un huarache muy bonito”, comentó el mandatario, aunque también reconoció no conocer personalmente a Willy Chavarría. Subrayó que el nombre de Oaxaca no puede utilizarse sin autorización, y de comprobarse que fue empleado sin consentimiento oficial, se procederá legalmente.
Casos previos de apropiación cultural denunciados
Este caso se suma a otros episodios recientes en los que el gobierno mexicano ha denunciado actos de apropiación cultural por parte de marcas internacionales de moda que comercializan prendas y diseños inspirados en pueblos originarios sin darles reconocimiento ni compensación económica.
- 2023: El gobierno mexicano envió una carta de protesta a la empresa Shein por el uso indebido de textiles del pueblo nahua de San Gabriel Chilac, en Puebla.
- 2021: La marca australiana Zimmermann fue señalada por utilizar diseños mazatecos, también de Oaxaca, en un vestido de playa.
- 2019: La firma Carolina Herrera enfrentó críticas por incorporar elementos de la cultura otomí y del sarape de Saltillo en una colección.
- 2015: La diseñadora francesa Isabel Marant fue acusada de plagiar bordados de la comunidad mixe oaxaqueña.
La Secretaría de Cultura ha reiterado que estas prácticas no solo representan un daño económico a las comunidades afectadas, sino también un despojo simbólico de su identidad y herencia cultural.