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Wim Wenders, el cine y el "arte de estar perdido"

Cumple 80 años: Wim Wenders, aquí delante de una escena de "El cielo sobre Berlín". DW

Con motivo del 80º cumpleaños del cineasta alemán, una retrospectiva muestra cómo sus viajes por todo el mundo y su visión cinematográfica se vieron influidos en parte por la belleza de la desorientación.Para Wim Wenders, el estado de pérdida no es un fracaso, sino una forma de felicidad. "Cuando uno está perdido, se entrega por completo y está presente”, afirma Wenders en entrevista con DW. Y, desde hace más de cinco décadas, el cineasta alemán invita a su público a perderse en sus películas, que se adentran en paisajes desconocidos y espacios silenciosos y emotivos.

Con motivo del 80.º cumpleaños de Wim Wenders en agosto, el museo de arte Bundeskunsthalle de Bonn presenta una gran retrospectiva que muestra su extensa obra, que incluye películas, fotografías, grabados y escritos, y que gira en torno al tema recurrente de lo que significa moverse por el mundo.

Wim Wenders: un viajero nacido entre ruinas

Para Wenders, el movimiento no se limita solo a ser distancia, sino que también es descubrimiento. Nacido poco después del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, en Düsseldorf, creció en una ciudad que estaba casi completamente en ruinas. En la inauguración de la retrospectiva, Wenders, que a menudo se describe a sí mismo como un viajero, recordó el contraste surrealista entre la Alemania de la posguerra y las imágenes de lugares lejanos que veía en la enciclopedia de su abuelo y en los periódicos de su padre.

"Fue un descubrimiento enorme para mí y la fuerza motriz de mi vida. El mundo era mejor. Siempre quise saberlo todo sobre él... Si me hubiera quedado en casa, ahora no estaría aquí”, le cuenta a DW. Ese anhelo infantil de ver más, de viajar más lejos, sentó las bases de una vida creativa que desde entonces se extiende por continentes y géneros.

Las road movies de Wenders: personas en busca de algo

Wenders comenzó a hacer cine en la década de 1970 y, junto a sus compatriotas Werner Herzog y Rainer Werner Fassbinder, se convirtió en una figura clave del Nuevo Cine Alemán. Su trilogía de road movies - "Alicia en las ciudades", "Falso movimiento" y "En el curso del tiempo"- abordaba uno de sus temas centrales: personas en movimiento, emocional y físicamente, en busca de conexión o pertenencia.

Pero fue "París, Texas” (1984), una intensa reflexión sobre la pérdida y la redención en el suroeste americano, la que consolidó su reputación internacional. La película trata sobre un hombre que sale del desierto sin recuerdos y se propone volver a contactar con su hijo pequeño. La película se considera hoy un clásico y le valió a Wenders la Palma de Oro en Cannes y un premio BAFTA al mejor director.

En "El cielo sobre Berlín”, de 1987, los ángeles, un motivo muy habitual en la obra de Wenders, sobrevuelan la Berlín dividida de la posguerra y observan la vida que se desarrolla bajo ellos, hasta que uno se enamora del mundo de los humanos.

La obra tardía

"Días perfectos”, estrenada hace dos años, es un tranquilo estudio de personajes cuya acción se desarrolla en Tokio . Las sencillas rutinas de un limpiador de baños públicos revelan la alegría, el aislamiento y las bondades de la vida cotidiana.

"Anselm - Das Rauschen der Zeit” ("Anselm: el susurro del tiempo”), de 2023, es el documental en 3D de Wenders sobre el pintor y escultor alemán Anselm Kiefer, de su misma edad.

Buena Vista Social Club

"Cada película es un viaje”, dijo Wenders en una ocasión, "no solo físico, sino un viaje hacia la comprensión de algo”. ¿Y qué sería un viaje sin banda sonora? La música siempre ha desempeñado un papel decisivo en las obras de Wenders. Un ejemplo notable es la película Buena Vista Social Club, nominada al Óscar en 1999, en la que Wenders narra el camino de unos músicos tradicionales de son cubano que, ya entrados en años, pasan del olvido a la fama.

Además de su carrera cinematográfica, Wenders es desde hace mucho tiempo un prolífico fotógrafo, conocido por sus impactantes imágenes de lugares abandonados, rincones olvidados y largas y tranquilas carreteras. Su mirada fotográfica refleja la cinematográfica: centrada en el vacío, el silencio y la dignidad del espacio.

Mientras tanto, los viajes de Wenders continúan. Además de China, que ya ha visitado varias veces, por fin ha podido tachar la India de su lista de deseos. "He viajado por la India durante cuatro semanas. La Patagonia, uno de mis sueños más antiguos, aún no la he visitado... Nunca he estado en la Antártida ni en el Polo Norte. He evitado las zonas frías. Conozco todas las zonas cálidas del planeta, pero no todas las frías”, bromea con DW.

El arte de ver a través del extravío

Wenders recuerda con cierta nostalgia la era predigital y cómo se perdía deliberadamente en ciudades nuevas. "En todas las grandes ciudades del mundo intentaba perderme la primera vez que las visitaba. Y cuando lo conseguía, creía que realmente había comprendido la ciudad, pero solo entonces”.

Con el GPS en todos los teléfonos inteligentes y los mapas disponibles en todas partes, es raro que uno se pierda de verdad, lo que lo hace aún más importante para Wenders. "Cuando te pierdes, ves. Cuando tienes tu mapa y conoces el camino, no ves tanto como cuando te pierdes”.

La exposición "W.I.M. El arte de ver” podrá visitarse en la Bundeskunsthalle de Bonn hasta el 11 de enero de 2026.

(md/ms)

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