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Crisis de las avellanas: heladas en Turquía afectan a los amantes del chocolate

Una ola de frío redujo la cosecha de avellanas en Turquía, el mayor proveedor mundial de este alimento. Los pasteleros europeos se preparan para un aumento del precio de la Nutella.Nos hemos acostumbrado a la escasez den algunos productos en los supermercados, desde el papel higiénico durante la pandemia del Covid, hasta el aceite de girasol en medio de la guerra de Ucrania y los huevos durante los brotes de gripe aviar. La última víctima de esto es la avellana, debido a una helada poco habitual ocurrida en Turquía hace unos meses y a las continuas presiones del cambio climático.

Desde abril de 2025, los precios de las avellanas han subido más de un 35 por ciento, y se prevé que el importe de las avellanas turcas llegue a los 10 dólares por kilo a nivel internacional. Su escasez golpeará duramente a los golosos, ya que el costo de la Nutella, la apreciada crema de chocolate y avellanas, se enfrenta a fuertes subidas de precios, junto con otros chocolates y productos de panadería que ya están afectados por los altos precios del cacao.

El dolor de cabeza de Nutella

Aunque las avellanas no suelen llamar mucho la atención, son un ingrediente clave en muchos productos de consumo masivo. Hay mucho en juego para marcas como Ferrero, fabricante de Nutella, que utiliza alrededor de una cuarta parte del suministro mundial de avellanas.

Las avellanas constituyen alrededor del 13 por ciento de la receta de Nutella. Cada año, se venden millones de tarros de esta crema de chocolate para untar, lo que significa que, incluso pequeñas subidas de precios, aumentan los costos de producción y reducen los márgenes. Si se mantiene, la escasez de avellanas podría obligar a los productores a reformular las recetas de sus dulces y a repercutir los costos a los consumidores.

Ferrero tiene sus raíces en la región italiana del Piamonte, se abastece anualmente de avellanas de Turquía, Chile y Estados Unidos. El gigante alimentario italiano también fabrica los chocolates Ferrero Rocher, Kinder Bueno y Mon Cheri, entre otros, todos ellos con avellanas.

La empresa resta importancia a las preocupaciones sobre la escasez de avellanas en una declaración a DW, afirmando: "el grupo Ferrero diversifica su abastecimiento de múltiples orígenes en todo el mundo y, gracias a su estrategia a largo plazo, Ferrero no prevé ninguna interrupción en el suministro de sus productos”. La empresa asegura que su estrategia de abastecimiento garantiza "un suministro constante durante todo el año”.

¿Cuál es la gravedad del déficit de avellanas?

El Consejo Internacional de Frutos Secos y Frutas Deshidratadas (INC) dice a DW que las heladas en Turquía han reducido la previsión de la cosecha de avellanas en casi un 22 por ciento, hasta unas 601 000 toneladas con cáscara, citando una proyección más optimista de la Asociación de Exportadores del Mar Negro (KiB).

En cuanto a las pérdidas, la última estimación del INC sugiere que el país ha perdido alrededor de 167 000 toneladas debido a las heladas, en comparación con los temores iniciales de casi 250 000.

Los fabricantes de dulces buscan otros proveedores

Los compradores corporativos están recurriendo ahora a Chile, Georgia y Estados Unidos para reducir su dependencia de Turquía, pero también esperan en secreto que los precios se estabilicen si finalmente la cosecha turca de 2025 es mejor de lo que se esperaba.

"La cosecha de avellanas en Turquía comenzó el 10 de agosto y se espera que finalice a mediados de septiembre”, explica a DW la asociación alemana de fabricantes de dulces BDSI en un comunicado, en el que también afirma que solo podrá evaluar el impacto una vez finalizada la cosecha.

Otras regiones productoras de avellanas también se enfrentan a retos. Chile y Georgia producen mucho menos que Turquía y aumentar la producción en otros lugares lleva años, ya que los avellanos tardan entre 5 y 7 años en madurar, lo que limita el alivio a corto plazo.

Algunos creen que el retraso de Turquía en anunciar un precio base para las avellanas el año pasado también dejó un vacío que fue llenado por especuladores y exportadores. La falta de un precio base amplificó los temores de escasez durante este año e hizo subir los precios, desencadenando compras motivadas por el pánico, lo que fue aprovechado por los agricultores que retuvieron sus existencias. Ello redujo aún más la oferta de producto, aumentando su valor en el mercado.

El cambio climático podría normalizar la escasez

La escasez de este preciado fruto también pone de manifiesto una vulnerabilidad más profunda: la fragilidad de los sectores dependientes de los cultivos ante los efectos del cambio climático. Las avellanas son especialmente sensibles a las heladas primaverales, y la ola de frío de este año en Turquía es un claro recordatorio de que la crisis climática no solo significa calor, sino también imprevisibilidad.

Los expertos han advertido que el clima errático podría volverse más frecuente. Eso significa una amenaza para las avellanas, las almendras y las nueces.

(mn/ms)

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