Si bien las cifras de violencia y homicidios han aumentado en los últimos años, el país centroamericano sigue siendo un lugar seguro. La tendencia al alza, sin embargo, preocupa a los expertos.Aunque las cifras dicen claramente que los niveles de violencia han aumentado en Costa Rica en los últimos años, el país centroamericano, que siempre se ha distinguido por lucir muy buenos números en las clasificaciones de transparencia, democracia y desarrollo, no tiene el dudoso honor de estar entre los más peligrosos de la región. Por ello, llamó la atención que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo mencionara en un discurso sobre lugares donde "no querrías vivir”.
Durante una conferencia para explicar su plan de desplegar a la Guardia Nacional en Washington, aseguró que la situación en la capital estadounidense es comparable a la de "lugares considerados peligrosos a nivel mundial”, poniendo como ejemplo Ciudad de Panamá, Brasilia, Bogotá, Ciudad de México, Lima y San José. "¿Quieres vivir en lugares así? No lo creo. No lo creo”, lanzó.
"Costa Rica era tradicionalmente considerado uno de los países más seguros de América Latina, ciertamente el más seguro, más estable y más democrático de América Central. En los últimos años ha habido un aumento de la tasa de homicidios y un deterioro de la situación de seguridad, sobre todo de la percepción de inseguridad de los costarricenses, pero la tasa de homicidios sigue siendo relativamente baja en el contexto regional”, dice a DW Ignacio Cano, sociólogo e Investigador del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
Crimen organizado
En 2000, la tasa de homicidios en Costa Rica era de 6,32 por cada 100 000 habitantes. Pero en 2023 vivió un incremento notorio en las cifras de este tipo de delitos, alcanzando un récord histórico de 907 homicidios (tasa de 17,2 por cada 100 000). En 2024 bajó un poco, pero las autoridades esperan que este año haya una nueva alza. El director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, proyectó a mediados de marzo hasta 975 homicidios hasta diciembre de 2025.
Las autoridades sostienen que el 70 por ciento de los crímenes tienen relación con guerras entre grupos de delincuentes, en el contexto de un alza del narcotráfico, dado que el país se ha convertido en punto de tránsito y salida de droga hacia Europa. Pese a todo, Costa Rica está lejos de los números que muestran países como Ecuador, Venezuela, Colombia, Brasil o México.
"La problemática de la violencia en el país viene asociándose cada vez más con la presencia del crimen organizado”, dice a DW Michaela Braun, directora para Costa Rica y Panamá de la fundación alemana Konrad Adenauer (KAS), vinculada al partido conservador Unión Cristianodemócrata (CDU).
"Para Costa Rica, la inseguridad es uno de los problemas más delicados y urgentes que hay que resolver. La complejidad del fenómeno supone un gran desafío para un país que tiene acceso a dos océanos y extensas zonas fronterizas, y que se encuentra en la ruta de la droga que va del sur al norte del continente”, añade la especialista.
"A manera de ejemplo, en marzo de 2024 el Organismo de Investigación Judicial daba a conocer hallazgos donde advertía de la existencia de alrededor de 200 grupos vinculados al crimen organizado conocidos como ‘carteles criollos'. El propio OIJ indicaba que aproximadamente 4000 personas, muchas de ellas jóvenes en tareas de sicariato, trabajaban para esos grupos. La desigualdad en Costa Rica ha crecido considerable en los últimos diez años y muchos jóvenes carecen a menudo de puestos de trabajo y perspectivas”, agrega la representante en Costa Rica de la KAS.
No deja de llamar la atención que, en 2023, de los 907 homicidios registrados, 100 tuvieran como víctimas a nicaragüenses. La crisis que vive ese país ha impulsado la migración a Costa Rica, donde grupos de personas provenientes de Nicaragua han denunciado "represión transfronteriza", apuntando a Managua como responsable de parte de la violencia que afecta al territorio costarricense. "Siempre hubo fuerte presencia de nicaragüenses en Costa Rica, a los que se atribuía muchas veces la responsabilidad por la inseguridad", refrenda Cano.
"Por ignorancia"
Sin duda, la imagen de Costa Rica como un país tranquilo y pacífico ha cambiado, un aspecto que la Cámara Nacional de Turismo viene advirtiendo hace tiempo. Tras las declaraciones de Trump, su directora ejecutiva, Shirley Calvo, hizo un llamado al Gobierno a tomar medidas para frenar este fenómeno, porque mensajes como el enviado por el presidente de Estados Unidos afectan la imagen-país.
"Este cambio en el comportamiento de la violencia ha llamado la atención de la opinión pública internacional, por ocurrir en un país asociado históricamente con un clima de paz, armonía y estabilidad, lo que posiblemente explica esa mención por parte del presidente Trump”, dice Braun.
Sin embargo, apunta Cano, el país centroamericano dista de ser un lugar realmente peligroso. "Yo creo que Trump usa a Costa Rica por ignorancia, porque América Latina le parece a él toda un lugar peligroso. Tendría mucho más sentido comparar a Washington, una ciudad que llegó a ser una de las más violentas del mundo unos años atrás, con Colombia, México o Brasil, pero no con Costa Rica”, indica. Para el sociólogo, este es "aún un país con tasas medias o inclusive bajas comparadas con otros países de la región y perfectamente podría controlar la situación sin tener que recurrir a medidas extremas”.
(ms)