En pleno centro del Caribe, Jamaica se apresta a la temporada de huracanes y a unas elecciones que no cambiarían su sueño de convertirse en un centro logístico tan global como verde. ¿Una estrella regional en ascenso?Sea quien sea el que salga elegido el tres de septiembre de 2025 como el nuevo primer ministro de Jamaica, una monarquía constitucional, "no va a haber cambios muy grandes”, explica a DW Jörg Wenzel, investigador de la Deutsch-Jamaikanische Gesellschaft (DJG) y de la Society of Caribbean Research (SOCARE). En cualquier caso, el Gobierno laborista saliente -que busca un tercer mandato- deja datos macroeconómicos estables y a la isla antillana fuera de las "lista negra” de la Unión Europea .
Que Kingston haya implementado las reformas exigidas por la UE, supuso que este año Jamaica fuera sacada del grupo de países sospechosos de lavado de dinero y financiación de terrorismo. Según fuentes europeas, "Jamaica -como también Panamá y Barbados- ya no es considerada un riesgo significativo para el sistema financiero de la Unión, y esto aporta a la estabilidad de la región”.
"Haber logrado en cinco años salir de esa lista es muy importante para el Gobierno jamaiquino, para su capacidad de negociación. El riesgo de lavado de dinero -en una economía que importa todo artículo industrial- sigue siendo muy alto”, sigue Jörg Wenzel. Por otro lado, "no tener restricciones para los giros internacionales es vital para la mayoría de los jamaiquinos que tienen familiares en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido”, subraya, añadiendo que las remesas son el segundo rubro económico después del turismo.
Huracanes, conexiones, infraestructuras portuarias
Como fuere, poco después de que Jamaica saliera del grupo de "sospechosos” (julio 2025), en Kingston se anunciaban 45 000 millones de euros de la cooperación europea para innovación digital, energías renovables y gestión del agua.
Para las quince naciones que integran la Comunidad del Caribe (CARICOM), desde Jamaica -que ostenta la presidencia- se ponen a disposición fondos europeos para conexión digital de startups. Y, con miras a la temporada de huracanes 2025, un sistema de alerta temprana en cooperación con la agencia regional (CEDMA), Cuba y República Dominicana. Todas estas iniciativas acreditan la voluntad de modernización y de cooperación regional del Gobierno de Jamaica. Pero el as de esta baraja es el puerto de Kingston.
Si el sueño de Jamaica -que apenas hace 53 años dejó de ser colonia británica- es subir del puesto séptimo al cuarto en cuanto a dimensión y capacidad logística de Kingston Harbour, Bruselas quiere contribuir a que ese ascenso sea "verde”. Según fuentes de la UE, la tecnología europea para gestión de aguas y residuos y eficiencia energética, agregarán valor a esta ampliación. Facilitarán, así mismo, que Jamaica se incluya en la iniciativa europea para el transporte marítimo en el Caribe (Green Shipping Corridor).
"El principal interesado en este proyecto es Estados Unidos, no hay que olvidar que el Caribe es 'su Mediterráneo'. Pero los chinos merodean también. Y Europa, si bien Jamaica le queda lejos, quiere poner un pie en el umbral”, afirma Jörg Wenzel.
La proyección, en cualquier caso, prevé inversiones internacionales -también en infraestructura vial y ferroviaria- para las siguientes décadas y, por lo pronto, la UE asiste las fases preparatorias. En el centro de un mercado de 800 millones de habitantes, con Estados Unidos, América Central y la costa Caribe de Sudamérica a un tiro de piedra, ¿su cercanía al Canal de Panamá hace creíble que la pequeña isla se convierta en un gigante logístico?
"Para las empresas de las islas caribeñas, de los países de América Central y del norte de Sudamérica que no usan grandes cargueros, el Canal de Panamá sigue siendo importante. Aumentar la capacidad del puerto de Kingston para nutrir a los grandes portacontenedores es viable”, vuelve Jörg Wenzel, antiguo colaborador de Naciones Unidas y de la DED (Deutsche Entwicklungsdienst). Es más, "bien gestionado, podría crear puestos de trabajo. No hay que olvidar que, junto al puerto, hay un gran barrio miseria, con mucha economía informal”, puntualiza Wenzel, y pone el foco en la criminalidad.
Criminalidad sí, pero no es Haití
Si bien, según datos oficiales, la tasa de homicidios se ha reducido en un 30 por ciento en lo que va del año, "Jamaica conoce muy bien las bandas criminales enfrentadas a las fuerzas policiales. Sabe lo que significa deportar a sus cabecillas a Estados Unidos y vivir situaciones homologables a una guerra civil”, cuenta Wenzel. ¿Por eso su disposición a colaborar con las fuerzas internacionales para Haití y para, como CARICOM, poner alto en la agenda internacional la desesperanzada situación de su vecino?
"A todos los que integran CARICOM les queda claro que la situación de Haití va a mejorar solamente cuando su sociedad acometa sus problemas; la criminalidad tiene que ser combatida con sus propias fuerzas. Está claro que hay círculos haitianos que sacan mucho provecho de un Estado débil, de un país que sirve de plataforma para las inmensas cantidades de cargamentos ilícitos. Esta situación no cambia enviando tropas internacionales”, responde Wenzel, recordando los fracasos de misiones de paz anteriores. No obstante, "para Jamaica el reconocimiento internacional es muy importante. Está claro que tiene que formar parte de esas fuerzas”, subraya.
Así las cosas, "Jamaica va en ascenso”, afirma el diario Caribbean Focus Lifestyle, exponiendo los recientes esfuerzos del país ante las instituciones financieras internacionales, también los acuerdos de comercio firmados con socios latinoamericanos y europeos con el objetivo de ser un actor clave en el Caribe. A este respecto, el resultado de las próximas elecciones no preocupa. "La diferencia entre ambos partidos se reduce a detalles”, dice Wenzel.
"Jamaica, como los otros países insulares caribeños, es tan dependiente de la economía internacional, que no puede permitirse mayores disonancias; prefiere consentir de la manera más benevolente”, sigue Wenzel confiando, a pesar de huracanes y problemas regionales, en las estructuras estatales que Jamaica, a diferencia de Haití, sí ha podido construir.
(ms)