Artículos de la prensa en alemán tematizan el asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay en Colombia, y la postura de Evo Morales ante las elecciones en Bolivia, el 17 de agosto."El trauma de Colombia”, titula el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung un artículo acerca del asesinato del candidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay:
"El asesinato del precandidato presidencial Uribe Turbay evoca recuerdos de una época oscura. La lista de asesinatos políticos en Colombia es larga. Ahora se ha sumado otro, reabriendo las heridas del país.
(…) Entre los sospechosos detenidos se encuentra un narcotraficante local. También se investigan posibles vínculos con una célula de excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Según informes, se encontraron pruebas de contactos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el teléfono celular del agresor.
Independientemente de quién cometió el crimen, este es el asesinato político más grave en la historia reciente de Colombia. Evoca recuerdos de un período oscuro en el que el crimen organizado y los grupos rebeldes mataban impunemente a candidatos políticos, periodistas y jueces. Cinco candidatos presidenciales fueron asesinados entre 1986 y 1990.
En ese período ocurrió un hecho que se convirtió en el trauma personal de Uribe Turbay. Su madre, Diana Turbay, una respetada periodista, fue secuestrada por secuaces del cártel de Medellín de Pablo Escobar en 1990 y asesinada al año siguiente durante un fallido intento de rescate. Miguel Uribe Turbay tenía cinco años en ese momento, demasiado joven para comprender la magnitud de esta catástrofe, pero con edad suficiente como para quedar traumatizado para siempre. "Si mi madre estuvo dispuesta a dar su vida por una causa, ¿cómo no iba a hacer lo mismo yo en la vida y en la política?", dijo el candidato en una entrevista, hace un año.
Ahora, los paralelismos no podrían ser más impactantes. Treinta y cinco años después de la muerte de su madre y aproximadamente diez años después del acuerdo de paz entre Colombia y las FARC, queda claro, una vez más, que Colombia aún no ha encontrado la paz. Decenas de líderes locales, activistas y firmantes del acuerdo de paz son asesinados cada año.
Según la Fiscalía General de la República, 1372 activistas han sido asesinados en los nueve años transcurridos desde la firma del acuerdo de paz. Solo el año pasado, hubo más de 200. Además, hay numerosas víctimas de ataques de grupos armados que aún siguen activos. Colombia es el país más peligroso del mundo para defender los derechos humanos, declaró la fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo, a principios de año.”
"El rey de la selva”
El diario Die Zeit se enfoca en Evo Morales y su llamado al voto nulo debido a que una nueva candidatura suya fue declarada inconstitucional:
"El legendario expresidente boliviano Evo Morales quiere volver al poder, aunque lleve a su país al borde del abismo. (…) Morales, que gobernó Bolivia desde 2006 hasta 2019, durante más tiempo que nadie, y fue el primer presidente indígena, se convirtió en un ícono de la izquierda internacional. Hoy, se ve a sí mismo como un perseguido político.
(…) Ahora, poco antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias, el 17 de agosto, el país está sumido en una profunda crisis. Escasea la gasolina, y la inflación es una de las más altas de Sudamérica. A Bolivia le esperan tiempos turbulentos, porque Morales libra, desde su escondite en la selva, una encarnizada lucha de poder contra un antiguo aliado: su sucesor, Luis Arce, el presidente en ejercicio. Se culpan mutuamente del desastre económico, acusándose de traición, intriga y asesinato. Morales quiere volver al poder, a pesar de que el Tribunal Constitucional Plurinacional del país ha declarado ilegal otra reelección. Y a pesar de que hay una orden de arresto por abuso sexual. Morales dice que solo él puede salvar al país de la caída, pero, en realidad, lo está arrastrando hacia el abismo.
(…) En su refugio en El Chapare, Morales es venerado como un santo. Como presidente, logró sin duda éxitos: la tasa de pobreza se redujo a casi la mitad, la alfabetización hizo progresos, y el crecimiento económico llegó a alcanzar el siete por ciento en un momento dado. Si se le pregunta a la gente sobre esa época, hablarán de sistemas satelitales, programas educativos, proyectos de construcción de carreteras o una red de teleféricos que conecta la otrora empobrecida ciudad de El Alto, ubicada a 4150 metros de altitud, con la capital, La Paz, en la cuenca del valle. Todo esto, dicen, es gracias a Evo.
En su fortaleza en la jungla, Morales ahora se asegura periódicamente de que la gente de allá afuera todavía lo venere. (…) Afirma que presentarse a la reelección no fue idea suya. Simplemente aceptó el deseo de sus partidarios de 'terminar de hacer esta revolución'. (…).
Por ahora, Morales invoca la resiliencia de sus partidarios desde su escondite: el movimiento indígena está 'una vez más en la mira del imperio', afirma, pero sabe defenderse pacíficamente. Y asegura que no quiere violencia. Dado que no se presentó como candidato a las elecciones del domingo, ha llamado a sus partidarios a votar en blanco para socavar la legitimidad del futuro gobierno.”
(cp/ms)