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¿Torcerá la economía global la estrategia bélica de Israel en Gaza?

El fondo soberano de Noruega vendió participaciones en 11 de las 61 empresas israelíes en los últimos días. DW

El fondo soberano de Noruega está retirando sus inversiones de empresas israelíes, sumándose a una oleada de países que presionan a Netanyahu por la guerra en Gaza.El Gobierno de Israel ha guardado un notable silencio ante la decisión de Noruega, el 11 de agosto, de desinvertir parcialmente en varias empresas israelíes, motivada por preocupaciones éticas sobre la guerra en Gaza.

El fondo soberano del país nórdico, valorado en 2 billones de dólares (1,71 billones de euros), anunció que retiraría sus inversiones de 11 empresas vinculadas a Israel y rescindiría los contratos con los gestores de activos que operan en el país. El fondo inició una revisión urgente tras la publicación de informes en los medios de comunicación que indicaban que había invertido en una empresa que fabrica piezas para aviones de combate militares israelíes.

Mientras que los medios de comunicación israelíes calificaron la medida de Noruega de "profundamente preocupante” y "motivada políticamente”, algunos analistas creen que los funcionarios israelíes están manteniendo deliberadamente un perfil bajo por temor a envalentonar al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que ha hecho campaña contra Israel durante las últimas dos décadas.

Varias victorias simbólicas para el movimiento de boicot BDS

Desde su fundación en 2005, el BDS ha logrado una serie de victorias simbólicas y materiales al presionar a instituciones, empresas y gobiernos para que rompan sus vínculos con entidades israelíes involucradas en la ocupación de los territorios palestinos.

El movimiento liderado por palestinos es acusado regularmente de antisemitismo por Israel y Estados Unidos.

El Parlamento alemán incluso aprobó una resolución sobre el BDS -primero en 2019, y que fue reafirmada en 2024- en la que calificaba al movimiento de "antisemita” y le prohibía recibir fondos públicos.

El BDS cobró un nuevo impulso después de que las fuerzas israelíes lanzaran una operación militar en Gaza, tras los ataques del 7 de octubre de 2023 perpetrados por el grupo militante palestino Hamás. El movimiento provocó importantes desinversiones por parte de empresas como AXA y Scotiabank, al tiempo que impulsó la salida de Israel de Samsung Next -el fondo de inversión del gigante tecnológico surcoreano- y 7-Eleven.

La reacción de los consumidores organizada por el BDS también afectó a McDonald's y Pret, mientras que varias ciudades y universidades de Estados Unidos también aprobaron resoluciones para romper relaciones con empresas vinculadas a Israel, impulsadas por las campañas del BDS.

Aunque se espera que la desinversión de Noruega por sí sola tenga un impacto económico limitado en Israel, el economista Benjamin Bental, de la Universidad de Haifa (Israel), advirtió que podría sentar un peligroso precedente.

"[Noruega está enviando] una señal sobre las actividades de las empresas israelíes que no le gustan, y es posible que otros sigan su ejemplo”, declaró Bental a DW. "Una vez que se rompe el dique, si se convierte en una inundación, eso tendrá una importancia muy significativa”.

Noruega revisa otras participaciones israelíes

El fondo soberano de Noruega, el mayor del mundo, poseía acciones en 65 empresas israelíes a finales de 2024, valoradas en alrededor de 1.950 millones de dólares (1.670 millones de euros). Todavía mantiene participaciones en casi 50 empresas israelíes.

El fondo, una rama del banco bentral de Noruega, afirmó que está revisando activamente estas participaciones para garantizar el cumplimiento de la legislación internacional. Ahora tiene previsto gestionar todos los proyectos israelíes internamente y limitar las futuras inversiones a las empresas que figuran en el índice de referencia bursátil de Israel.

El movimiento BDS calificó la decisión de Noruega como una "gran victoria ética”. El sindicato LO, una de las organizaciones laborales más influyentes de Noruega, ha presionado al Gobierno para que adopte medidas más firmes. Los miembros del sindicato votaron recientemente a favor de un boicot económico total a Israel.

El anuncio de Noruega sigue a una serie de desinversiones en toda Europa. En abril del año pasado, el fondo de inversión estratégica ISIF, de Irlanda, se desprendió de seis empresas israelíes. Varios ayuntamientos del Reino Unido también han aprobado mociones que exigen a sus fondos de pensiones que retiren sus inversiones en Israel.

Muchas de estas decisiones están relacionadas con el plan ilegal de asentamientos de Israel en Cisjordania, que las Naciones Unidas y la Unión Europea consideran ilegal según el derecho internacional. Israel anunció recientemente la mayor expansión de asentamientos en la Cisjordania ocupada en décadas, y el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmó que la medida "impide el establecimiento de un Estado palestino".

El BDS "no es nada” en comparación con los aranceles de Trump a Israel

Dany Bahar, investigador principal del Centro para el Desarrollo Global, un grupo de expertos con sede en Washington D. C., EE. UU., cree que el impacto de los boicots y las desinversiones en el crecimiento de Israel y su capacidad para luchar en la guerra sigue siendo modesto.

"[Los boicots y desinversiones del BDS] no se han producido a una escala que pueda afectar a la economía israelí”, declaró Bahar a DW. "No son nada en comparación con los aranceles que Trump impuso a Israel”, que, según él, fueron el "peor boicot” que Israel ha recibido jamás.

En abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que los productos israelíes que entraran en Estados Unidos estarían sujetos a un arancel del 17 %, a pesar de que Israel eliminó todos los aranceles sobre las importaciones estadounidenses. La cifra se redujo posteriormente al 15 %.

En referencia a la venta de activos de Noruega, Bahar argumentó que el panorama general de las inversiones en Israel sigue siendo resistente, y que es probable que las fuerzas del mercado anularán la decisión.

"Alguien más comprará estas inversiones porque son buenas empresas. Israel tiene mucho que exportar al mundo en términos de conocimiento y productos. Los inversores lo saben”, afirmó.

A pesar de la inquietud de algunos inversores debido a las tensiones geopolíticas y las campañas del BDS, las inversiones extranjeras en Israel se han recuperado significativamente tras la caída de 2023. En 2024, el alcance de las inversiones netas de no residentes fue de unos 27.000 millones de dólares, frente a los solo 8.000 millones de 2023, según el Banco de Israel.

Israel se enfrenta a una creciente amenaza de sanciones

Esta resiliencia pone de relieve los sólidos fundamentos económicos de Israel y sus profundos vínculos con los mercados mundiales. Sin embargo, la creciente presión internacional -resaltada por la reciente decisión de Noruega- indica un impulso cada vez mayor para que Israel rinda cuentas por sus acciones en Gaza y Cisjordania mediante sanciones específicas.

En su último año en el cargo, el expresidente estadounidense Joe Biden impuso sanciones a 19 colonos israelíes y ocho entidades por la violencia en Cisjordania, las que Trump revocó en enero. Más de 30 estados, entre ellos Texas y Florida, tienen leyes contra el BDS que prohíben a las agencias estatales trabajar con entidades que boicotean a Israel.

El Reino Unido, Francia y Canadá han impuesto restricciones a los colonos israelíes acusados de violencia, entre ellas, la prohibición de viajar y la congelación de activos. La UE también ha incluido en una lista negra a grupos israelíes de extrema derecha implicados en ataques contra palestinos. Washington, por su parte, ha bloqueado el acceso a propiedades y recursos financieros a personas vinculadas a los disturbios.

Otros nueve países, entre ellos Sudáfrica, Bolivia y Malasia, han ido más allá, imponiendo sanciones económicas totales contra Israel. Estas medidas incluyen la prohibición de la venta de armas y la interrupción de los envíos de combustible que podrían ser utilizados por el Ejército israelí.

Alemania, tradicionalmente uno de los aliados más cercanos de Israel, anunció este mes la suspensión de todas las exportaciones militares que pudieran utilizarse en Gaza "hasta nuevo aviso”, alegando el agravamiento de la crisis humanitaria.

¿Podrían las medidas forzar un cambio de estrategia de Israel?

La Unión Europea también está considerando la posibilidad de restringir el acceso de Israel al fondo de investigación Horizonte Europa, dotado con 95.000 millones de euros (111.000 millones de dólares), alegando violaciones de los derechos humanos en Gaza.

El plan se encuentra actualmente estancado por falta de consenso, ya que Francia, España, Irlanda y Eslovenia instan a Bruselas a tomar más medidas, mientras que Alemania, Italia y Hungría se oponen a las sanciones.

Bental advirtió que las sanciones de la UE "tendrían graves efectos en la capacidad de funcionamiento de las empresas israelíes”. Casi un tercio de las exportaciones de Israel se destinan a al bloque comunitario europeo, lo que, según él, contribuye aproximadamente al 1 % del producto interno bruto (PIB) de Israel.

Bahar se hizo eco de esta preocupación, pero hizo hincapié en el papel profundamente arraigado de Israel a nivel mundial en las áreas de la innovación y el comercio, señalando que ese sería un motivo por el cual cualquier presión adicional de la comunidad internacional podría tener un alcance limitado.

"Independientemente de lo que se piense de Israel y de la guerra, el país cuenta con gran capacidad de ingeniería y desarrollo. Su economía está tan integrada a la economía global que no es tan fácil desvincularse de Israel”, declaró a DW.

(md/cp)

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