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¿Cómo influyen los experimentos nazis en seres humanos en la medicina actual?

Partes del cuerpo de las víctimas de la era nazi se utilizaron en institutos de investigación de habla alemana décadas después de 1945. DW

Una nueva base de datos describe el sufrimiento de las víctimas de la investigación médica forzada en la era del nazismo.La investigación médica forzada y la experimentación con seres humanos se encuentran entre los capítulos más cruentos de la era del régimen alemán naziliderado por Adolf Hitler. Durante el nazismo se probaron patógenos, toxinas y medicamentos, sobre todo, en judíos, prisioneros de guerra, en sintis y romaníes, personas con discapacidades y otros grupos discriminados. Se les extrajeron órganos, se los sometió a congelación controlada, esterilización forzada, selección y asesinato. La magnitud de las atrocidades es inimaginable.

Decenas de miles de personas fueron víctimas de estos experimentos inhumanos. Ya hay perfiles detallados de 16.000 personas en una nueva base de datos en internet. También más de 13.000 perfiles de personas cuyo destino aún no se ha investigado de forma concluyente. Por primera vez, existe un acceso sistemático a nombres y datos biográficos de las víctimas, a los experimentos individuales y a las instituciones involucradas.

La base de datos fue publicada por la Academia Leopoldina de Ciencias y Humanidades y la Sociedad Max Planck. Durante la era nazi, los científicos de la institución predecesora, la Sociedad Kaiser Wilhelm, habían investigado con cuerpos preparados, procedentes de los asesinatos en masa.

Racismo como justificación y pocas consecuencias legales

Más de 200 instituciones en Alemania y Europa estuvieron implicadas en crímenes médicos cometidos durante el régimen nazi. La magnitud de estas atrocidades fue revelada en un informe de 2023, elaborado por la Comisión Lancet sobre Medicina, Nacionalsocialismo y el Holocausto.

El informe detallado demuestra que médicos en diversas funciones justificaron los crímenes aludiendo a la "afiliación racial", realizaron esterilizaciones forzadas, programas de eutanasia y selecciones a gran escala. Sólo unos pocos médicos e investigadores fueron responsabilizados por sus acciones después de la guerra.

Huellas del nazismo hasta la actualidad

Tras la guerra, algunos científicos e instituciones continuaron su trabajo casi sin problemas. Representantes destacados de la medicina nazi, por ejemplo, del Instituto Kaiser Wilhelm, pudieron seguir trabajando en la República Federal de Alemania después de 1945. Los programas de medicina aeronáutica y espacial de la NASA, asimismo, se basaron en la experiencia de personas que también habían obtenido sus conocimientos de los experimentos en campos de concentración, según el historiador médico Prof. Dr. Herwig Czech, de la Universidad Médica de Viena, quien desempeñó un papel clave en la creación de la Comisión Lancet sobre Medicina, Nacionalsocialismo y el Holocausto.

Sobre todo en la posguerra, algunos de los datos recopilados durante la época del nazismo se adoptaron sin reflexión, en parte, porque rara vez se discutieron las circunstancias de los experimentos o se ocultó su origen. Datos de experimentos con humanos, por ejemplo, sobre la tolerancia al frío, los tratamientos con antibióticos de sulfonamida o los efectos del gas fosgeno, se publicaron en revistas médicas después de la guerra, se citaron y utilizaron repetidamente.

El fosgeno es un veneno respiratorio utilizado como agente de guerra química durante la Primera Guerra Mundial. "En 1988, investigadores de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) propusieron utilizar los resultados de los experimentos con fosgeno de Otto Bickenbach en prisioneros del campo de concentración de Natzweiler-Struthof, como base para nuevos experimentos con animales relacionados con las regulaciones sobre la exposición al fosgeno. Este plan se canceló tras las protestas de un grupo de colegas de la agencia”, declaró a DW la profesora Sabine Hildebrandt, de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston.

Evaluación muy tardía

Partes de las áreas de genética humana, psiquiatría y antropología médica también se basaron metódicamente en prácticas desarrolladas y aplicadas durante la era nazi. "Hubo un grado relativamente alto de continuidad en los ámbitos de la anatomía y la neuropatología debido a que se crearon grandes colecciones neuropatológicas durante la era nazi, de las que la investigación continuó extrayendo información mucho después de la guerra”, afirmó el profesor Czech.

El "valor científico” de estas investigaciones inhumanas fue limitado y, según el historiador médico, prácticamente carece de importancia en la medicina intensiva actual.

Sin embargo, muestras de tejido, preparaciones de órganos o secciones cerebrales de víctimas, siguieron utilizándose décadas después de 1945 en institutos de investigación de habla alemana y con fines docentes. La revisión sistemática y lo entierros a menudo solo tuvieron lugar en las décadas de 1980 y 1990, tras la presión política y social. Un ejemplo bien conocido es la revisión de las colecciones en las distintas sedes de la Sociedad Max Planck, que comenzó recién en el año 1997.

La anatomista Hildebrandt explicó que "sin embargo, esto no significa que los hallazgos de esta investigación no se hayan incorporado al conocimiento médico general y sigan teniendo influencia, por ejemplo, en los libros de texto de distintas disciplinas médicas”. Y añadió que "la clasificación y la contextualización por sí solos no son suficientes, deben complementarse con el nombre de las víctimas, sus biografías y su sufrimiento”.

La investigación sobre investigación médica forzada y experimentación con seres humanos se llevaron a cabo no sólo durante el nacionalsocialismo, sino también antes y después en todo el mundo, sobre todo, en contextos coloniales.

Sin embargo, el debate crítico a menudo ha sido inexistente o inadecuado. "Esa es una de las razones por las que se fundó la Comisión Lancet: la medicina bajo el nacionalsocialismo representa el ejemplo mejor investigado y, hasta la fecha, el más extremo de transgresiones médicas en las condiciones de regímenes injustos”, afirmó Hildebrandt.

Algunos países, sobre todo, aquellos con historia colonial, están reconociendo esta responsabilidad. Otros, como Japón, que también cometió atrocidades médicas y experimentó con seres humanos, como prisioneros de guerra y la población civil en China, Corea y otros territorios ocupados, aún no lo han hecho.

(rmr/cp)

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