Algunos berlineses se oponen a que una céntrica avenida pase a llamarse Anton-Wilhelm-Amo-Straße, en honor al primer erudito alemán nacido en África."La descolonización no se consigue simplemente cambiando el nombre de algunas calles”, declaró el politólogo y activista de derechos humanos Joshua Kwesi Aikins a DW, después de que se supiera que una calle céntrica de Berlín, cuyo nombre muchos consideran racista, iba a ser renombrada. Eso fue en 2020. En aquel momento, el consejo municipal de Berlín-Mitte decidió cambiar el nombre de la calle Mohrenstraße (Calle de los Moros), por el de Anton Wilhelm Amo, un filósofo negro de la Ilustración que estudió y trabajó en Alemania.
Quejas de los vecinos
Pero antes de que se pudieran instalar las nuevas placas, los vecinos presentaron una demanda. Entre otras cosas, temían que aumentaran los costos por los cambios de dirección, los nuevos documentos de identidad y los letreros de las empresas. Otros argumentaron que el nombre Mohrenstraße formaba parte de la historia de la ciudad y no debía cambiarse. Llevaron el caso ante el Tribunal Superior Administrativo, sin éxito: los jueces dictaminaron que no había base legal para tal demanda.
Cinco años después, en julio de este año, el Tribunal Superior Administrativo de Berlín-Brandeburgo confirmó la decisión del Tribunal Administrativo de Berlín, según la cual los residentes no tenían motivos para presentar una demanda contra el cambio de nombre. Sin embargo, en un giro inesperado, el mismo tribunal aceptó una solicitud urgente contra el cambio previsto. Se remitió a la demanda de la iniciativa ciudadana Pro Mohrenstraße, sobre la que aún no se ha tomado una decisión.
Por qué la "M*-Straße” es tan controvertida
Varios grupos de la sociedad civil llevan décadas exigiendo que se cambie el nombre de la calle (respetuosamente denominada M-Straße) y de la estación de metro del mismo nombre. El término Mohr (moro) proviene de la palabra griega antigua mauros, que significa "oscuro” o "negro”, pero que a lo largo de los siglos ha adquirido connotaciones peyorativas como "tonto” o "primitivo”, según explicó a DW el analista y activista Joshua Kwesi Aikins.
La calle atraviesa el centro histórico de la antigua Prusia, a pocos pasos del reconstruido Palacio de Berlín, desde donde se coordinaban antiguamente las expediciones coloniales a África. También se encuentra cerca el lugar donde se celebró, del 15 de noviembre de 1884 al 26 de febrero de 1885, la Conferencia de Berlín sobre África, también conocida como "Conferencia del Congo”. Esta reunión entre los Estados europeos y representantes de Estados Unidos fue un evento crucial en la expansión imperialista de Europa, y marca el inicio de la explotación sistemática de África por parte de Occidente. Esta conferencia marcó el inicio de la tiranía colonial de Alemania en Namibia, incluido el genocidio de los herero y los nama.
La calle de Berlín lleva su nombre desde principios del siglo XVIII, una época en la que era habitual mantener esclavos africanos como "moros de corte”. Actuaban como sirvientes o músicos en las cortes principescas, a menudo para el entretenimiento exótico de sus propietarios. "El nombre de la calle transporta esta experiencia de violencia racista hasta el presente”, escribió el historiador Christian Kopp, de la iniciativa Decolonize Berlin-Mitte, en el portal educativo Lernen aus der Geschichte (Aprender de la historia).
¿Quién era Anton Wilhelm Amo?
Anton Wilhelm Amo, nacido alrededor de 1700, fue secuestrado en su infancia en el territorio de lo que actualmente es Ghana, y llegó a Alemania como "regalo” a la corte del duque de Brunswick, en Wolfenbüttel. Y allí, al parecer, tuvo suerte: sus capacidades intelectuales despertaron el interés del príncipe, que se consideraba ilustrado, y probablemente lo vio como una especie de "objeto de experimentación”.
El joven recibió una excelente educación, dominaba varios idiomas y se doctoró en Filosofía. En 1734 hizo historia en la Universidad de Halle: fue la primera persona de origen africano en Europa en obtener un título de doctor. En 1729 presentó su tesis sobre "La situación jurídica de los negros en Europa”. A pesar de sus éxitos académicos, Amo siguió siendo un marginado en la Ilustración europea. En 1747 regresó a África, donde se dice que vivió como ermitaño. El hecho de que una calle de Berlín lleve ahora su nombre no solo pretende honrarlo como importante pensador negro del siglo XVIII, sino también poner de manifiesto que la historia negra tiene una larga tradición en Alemania.
El largo camino hacia la calle Anton-Wilhelm-Amo
En la RDA, la calle llevaba el nombre de Otto Grotewohl. Tras la reunificación, se decidió volver al antiguo nombre de Mohrenstraße.
El cambio de nombre de la "calle M" se suma ahora a un movimiento creciente que cuestiona críticamente los nombres de las calles y los monumentos. El hecho de que se haya elegido precisamente a Anton Wilhelm Amo tiene un doble significado: representa una tradición académica negra reprimida y la idea de que la Ilustración y los derechos humanos no deben considerarse exclusivamente "occidentales”.
El 23 de agosto de 2025 se iba a inaugurar solemnemente la nueva placa con su nombre. Sin embargo, tras la última decisión judicial, la celebración tendrá que posponerse por el momento.
(mn/cp)