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¿Por qué quieren elecciones los generales de Birmania, un país devastado por la guerra?

Los analistas dicen que las elecciones probablemente permitirán que Min Aung Hlaing mantenga su poder sobre cualquier nuevo gobierno DW

Los militares afirman que las elecciones marcarán el regreso al gobierno civil. Pero con la mitad del país fuera de su control y la resistencia armada aún en curso, ¿es una transición o simplemente un reinicio táctico?Los gobernantes militares de Birmania pusieron fin oficialmente al estado de emergencia en julio, más de cuatro años después de su imposición tras el golpe de Estado de febrero de 2021.

El poder fue transferido a un gobierno civil interino, con elecciones nacionales programadas para el 28 de diciembre.

El jefe de la junta militar Min Aung Hlaing es actualmente presidente interino y también jefe de las fuerzas armadas, que han gobernado el país la mayor parte de su historia posterior a la independencia.

El Ejército ha estado luchando contra grupos de resistencia y organizaciones armadas étnicas desde el golpe. Un recuento continuo de ataques, explosiones y ataques aéreos realizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres muestra que la lucha no ha disminuido en el último año.

Cuestionadas maniobras militares

Las recientes medidas del régimen militar para la transición a un nuevo gobierno son "puramente simbólicas", afirmó David Mathieson, analista independiente sobre Birmania radicado en Tailandia. "Nada de esto es real", sostiene.

"Básicamente, los militares fingen tener algún tipo de proceso de transición, pero en última instancia, solo será una continuación del régimen militar, pero con un disfraz diferente", declaró a DW. "Creen que si la celebración de estas elecciones divide a la oposición armada y a varios grupos políticos, entonces es positivo”.

Con el régimen en control de menos de la mitad del país y más de 3,5 millones de personas desplazadas por los combates, los observadores internacionales han criticado duramente las elecciones anunciadas y las han calificado de farsa.

Los analistas afirman que Min Aung Hlaing probablemente mantendrá su poder sobre cualquier nuevo gobierno, ya sea como presidente, líder militar o en algún nuevo cargo donde consolidará el control.

Líderes militares bajo presión

Desde el golpe, los generales habían prometido celebrar elecciones y entregar el poder a un gobierno civil, pero siguieron postergándolas.

Sin embargo, el deterioro de la economía y la creciente frustración de los países vecinos que sufren las consecuencias de la guerra civil han aumentado la presión sobre la junta para que finalmente cumpla con esos planes, afirma Chim Lee, analista de China y Birmania de la Unidad de Inteligencia Económica (EIU), con sede en Reino Unido y asociada a la revista londinense Economist.

"Sin algún tipo de legitimidad a escala internacional, es muy difícil para Birmania atraer inversiones", afirmó. "Su economía prácticamente se derrumbó con la salida de los fabricantes textiles y el agotamiento de los yacimientos de gas, lo que en gran medida indica una creciente presión económica".

Los generales ahora promocionan las elecciones como una forma de poner fin al conflicto y han ofrecido recompensas en efectivo a los combatientes de la oposición dispuestos a deponer las armas antes de los comicios.

Intereses estratégicos de China

China ha instado repetidamente a los generales de Birmania a celebrar elecciones y ofrecido su apoyo.

Yun Sun, que dirige el programa sobre China en el Centro Stimson, un centro de estudios sobre política exterior con sede en Washington, afirma que Pekín se ha convencido de que solo los comicios, por superficiales que sean, tienen alguna esperanza de sacar a Birmania de su violento atolladero.

Lee afirma que esto, a su vez, ayudaría a China a asegurar sus importantes intereses económicos y estratégicos en Birmania. Esto incluye un corredor multimillonario, parcialmente terminado, que atraviesa el país y da acceso al océano Índico a las regiones chinas sin litoral.

Tras haber impulsado con entusiasmo las elecciones, se espera que China respalde los resultados y el gobierno que surja de ellas, al igual que Rusia.

Lee y Mathieson sugirieron que los países occidentales, que han impuesto fuertes sanciones a Birmania desde el golpe y han condenado enérgicamente a los militares, probablemente rechazarían los comicios.

Pero algunos vecinos de Birmania podrían unirse a Pekín y Moscú y aceptar también el resultado, como India, Bangladesh y algunos miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).

El bloque de 10 países, que incluye a Birmania, está dividido sobre cómo interactuar con el régimen militar que gobierna el país y no ha adoptado una postura unificada sobre las próximas elecciones.

Algunos miembros, como Indonesia y Malasia, han sido duros con el régimen. Otros, especialmente Tailandia, se han mostrado más abiertos a la reincorporación de Birmania, después de que el bloque decidiera en 2022 prohibir a los generales de alto rango del país asistir a sus reuniones de alto nivel.

India, Tailandia y Bangladesh han visto oleadas de refugiados de Birmania que han desbordado sus fronteras y el comercio fronterizo se ha visto afectado en los últimos años.

Al igual que China, esperan que incluso una transición profundamente defectuosa hacia un gobierno de al menos apariencia civil restablezca cierto orden, mientras dejan de lado en gran medida cualquier preocupación sobre unas elecciones libres y justas, indicó Lee.

(rr/lgc)

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