Josué Guerrero Espino desapareció en abril tras salir de su casa con la ilusión de encontrar empleo en Guachochi, Chihuahua. Este 25 de agosto cumplió 18 años, pero su familia no pudo celebrarlo, aún lo buscan desesperadamente.
Según denunció su madre, Josué fue contactado mediante una supuesta oferta laboral que resultó ser una trampa. La esperanza de un trabajo se convirtió en pesadilla cuando semanas después, la familia lo reconoció en un video atribuido a un grupo del crimen organizado.
En las imágenes, Josué aparece sometido y visiblemente afectado. La grabación encendió las alarmas de sus familiares, quienes desde entonces han pedido apoyo urgente a las autoridades. “Yo sólo quiero que me lo regresen, que me digan dónde está. Ayer cumplió 18 años”, expresó su madre en entrevista para Milenio.
Reclutamiento forzado, un fenómeno creciente
La Fiscalía General de Justiica de Chihuahua mantiene una carpeta de investigación abierta, aunque hasta ahora no ha habido resultados concluyentes sobre el paradero de Josué Guerrero.
Organizaciones de la sociedad civil han advertido que el caso de Josué no es un hecho aislado. En Chihuahua, como en otras regiones del país, se ha registrado un incremento en el reclutamiento forzado de jóvenes, especialmente de aquellos que enfrentan condiciones económicas precarias. Las promesas de trabajo se han convertido en un método recurrente utilizado por grupos delictivos para atraer y someter a adolescentes.
¿Quién es Josué Guerrero Espino?
Josué Guerrero Espino, alias “Cheche”, es originario de Santiago Papasquiaro, Durango, aunque se reporta como residente en Guachochi, Chihuahua. Tiene tez blanca, complexión delgada, mide aproximadamente 1.70 metros y pesa unos 68 kg. Fue visto por última vez el 30 de abril de 2025 en Ciudad Aldama, Chihuahua, vistiendo pantalón negro, sudadera oscura y tenis rojos con blanco.
De acuerdo con testimonios de familiares y la fiscalía de Chihuahua, Josué y su amigo Ángel Fernando Loera Díaz (de 15 años, alias “El Pollo”) respondieron a una oferta de trabajo falsa para la cosecha de sandía en Guachochi o Aldama.
Viajaron desde Guachochi el 9 de abril, prometiendo regresar en un mes con dinero para ayudar a sus familias. Sin embargo, perdieron contacto poco después. Investigaciones indican que fueron contactados inicialmente a través de mensajes en videojuegos en línea o redes sociales, un método común de los cárteles para reclutar menores. La familia de Josué reportó su desaparición formalmente el 30 de abril ante las autoridades, que emitieron una ficha de búsqueda y activó protocolos como Alerta Amber en casos similares.