Policías ministeriales detectaron una red de trata de menores en la escuela secundaria “Belisario Domínguez” de Cancún, Quintana Roo, donde rescataron a dos adolescentes que eran víctimas de este delito y detuvieron a una presunta responsable.
El caso, revelado por un comunicado oficial de la Fiscalía General de Justicia de Quintana Roo, se informó que la operación se llevó a cabo tras una meticulosa investigación que involucró trabajo de campo e inteligencia.
La secundaria, ubicada en la Supermanzana número 64, se convirtió en el epicentro de una red siniestra que explotaba la inocencia de las alumnas. De acuerdo con un comunicado de la fiscalía estatal, las primeras indagatorias señalan que una alumna reclutaba a compañeras de clase, para trabajar como acompañantes, dando servicios sexuales a cambio de dinero o regalos, dentro y fuera del estado.
Este mecanismo de reclutamiento aprovechaba la confianza entre pares, convenciendo a las víctimas con promesas de beneficios materiales, lo que facilitaba su involucramiento en actividades ilícitas. La red no sólo operaba de manera local, sino que extendía su alcance más allá de Quintana Roo, transportando a las menores a diferentes destinos para maximizar ganancias.¡
Alumna trabajaba para una mujer
Las adolescentes eran convencidas por su compañera, quien las llevaba con la mujer que les ordenaba qué hacer, identificada como Elizabeth Shekina “N”. La mujer sería la probable encargada de atraer, transportar y entregar a las menores con los clientes que las contrataban, por un costo de entre dos mil 500 hasta tres mil pesos, de los que ella se quedaba con una comisión de 500 pesos, según la dependencia estatal.
Este esquema de explotación era meticulosamente organizado para realizar estos servicios, las víctimas eran llevadas a los moteles donde debían de cumplir con lo solicitado. Además del pago en efectivo, los sujetos tenían permitido darles diferentes obsequios como teléfonos celulares y otros objetos de valor, aprovechando la vulnerabilidad de las víctimas.
Se espera que en las próximas horas, un juez de control defina la situación jurídica de la mujer, lo que podría llevar a cargos graves por trata de personas y corrupción de menores. Este caso resalta la importancia de la vigilancia parental y escolar, así como la colaboración entre instituciones para prevenir futuros abusos.
Las autoridades de Quintana Roo continúan las indagatorias para identificar posibles cómplices y ofrecer apoyo integral a las víctimas rescatadas, incluyendo atención psicológica y legal.