Un restaurante se volvió tendencia una conversación que parecía dormida: ¿los espacios públicos deben aceptar mascotas o no? Todo comenzó cuando la sucursal original de una cadena, ubicada en Azcapotzalco, colocó un letrero claro y contundente: “En este establecimiento NO SOMOS PET FRIENDLY”.
Una usuaria de X (antes Twitter) compartió la foto del anuncio con un mensaje aplaudiendo la medida, y el tema se volvió viral en pocas horas. Los comentarios se llenaron de posturas encontradas: unos celebran el regreso de espacios “solo para humanos”, mientras que otros acusan discriminación contra quienes acostumbran salir acompañados de sus perros o gatos.
Un debate que divide
Los comentarios reflejan dos bandos bien definidos:
Los que apoyan el “no pet friendly”
- Higiene y tranquilidad: Muchos usuarios señalaron que prefieren comer sin pelos, olores o ladridos alrededor.
- Ambientes menos estresantes: Algunos incluso argumentaron que llevar a los animales a lugares ruidosos y concurridos puede ser un tipo de maltrato.
- Espacios específicos: Coinciden en que hay lugares para todo y que no todos los restaurantes deben adaptarse a ser pet friendly.
“Tengo dos lomitos y los amo, pero no deben estar en un lugar de comida, a menos que tengas un espacio donde dejarlos”, comentó un usuario.
Los que critican la medida
- Derechos y convivencia: Varios usuarios aseguraron que las mascotas deberían tener derecho a acompañar a sus dueños mientras estén bajo control.
- Normalización de la tendencia: Otros consideran que, tarde o temprano, todos los establecimientos volverán a abrir sus puertas a los animales, como pasó con los juegos infantiles en restaurantes.
- Ciudad más inclusiva: Para algunos, las políticas “no pet friendly” son un retroceso en una ciudad que presume ser amigable con los animales.
“Los animales tienen el mismo derecho que nosotros a transitar y existir en cualquier espacio de la ciudad mientras no lo dañen”, escribió otro internauta.
La era del “pet friendly” y su desgaste
La tendencia pet friendly se disparó en la última década en la Ciudad de México. Cafeterías, restaurantes, plazas comerciales e incluso oficinas adoptaron políticas para recibir mascotas, lo que transformó hábitos y expectativas de consumo.
Pero esa apertura también trajo quejas: falta de higiene, olores desagradables, ladridos constantes y hasta peleas entre animales en espacios reducidos. El caso de El Bajío expuso ese cansancio y abrió la puerta a una nueva discusión: ¿es momento de replantear el concepto de pet friendly?
Aunque el presente debate comenzó en Azcapotzalco, usuarios de otras ciudades como Querétaro y Monterrey también participaron. Algunos señalaron que cada vez más restaurantes, sobre todo los tradicionales, están poniendo límites claros para evitar conflictos entre clientes.