El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para abrir un nuevo capítulo en su relación comercial con México y Canadá al iniciar la renegociación del Tratado de Comercio de América del Norte (T-MEC), el acuerdo que reemplazó al antiguo pacto de 1992 y que durante su primer gobierno fue considerado uno de sus mayores logros.
El proceso comenzaría formalmente con consultas públicas, previstas para iniciar antes del 4 de octubre, según establece la ley de 2020 que implementó el tratado.
Empresas, sindicatos y otros actores interesados podrán presentar sus comentarios, una etapa clave antes de que el Gobierno estadounidense avance en las negociaciones trilaterales.
¿Donald Trump impondrá los aranceles?
De acuerdo con The Wall Street Journal, la oficina de Jamieson Greer, Representante de Comercio de EE. UU., liderará el proceso. Se prevé un largo periodo de revisión que incluirá una audiencia pública en el Congreso en enero de 2026 y un encuentro entre los tres países el 1 de julio del mismo año para revisar los términos de un eventual nuevo acuerdo.
El T-MEC ha estado bajo presión desde que Trump volvió a la Casa Blanca. Su administración ha impuesto aranceles unilaterales a productos provenientes de México y Canadá, argumentando que ambos países no han contenido de manera adecuada el paso de drogas hacia Estados Unidos.
En marzo, el Gobierno estadounidense aplicó aranceles del 25 % a productos fuera del T-MEC y a importaciones clave como acero y aluminio, componentes vitales para la industria automotriz de la región.
Trump ha sostenido conversaciones recientes con líderes de los países vecinos. El primer ministro canadiense, Mark Carney, reconoció avances en las negociaciones durante un diálogo telefónico con el mandatario estadounidense.
Por su parte, el comercio bilateral fue uno de los puntos principales en la agenda de reuniones entre el secretario de Estado Marco Rubio y la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
Fuentes consultadas por EFE destacan que un acuerdo global en materia antidrogas será un prerrequisito para cualquier negociación más ambiciosa del T-MEC, dejando en claro que los temas de seguridad y comercio estarán estrechamente ligados en esta nueva etapa.
Con la economía regional y las cadenas de producción altamente integradas en juego, la renegociación del T-MEC marca el inicio de un proceso que podría redefinir la relación comercial entre Estados Unidos, México y Canadá en los próximos años.