Perú tensó al panorama político latinoamericano al aprobar en comisión la primera moción para declarar persona non grata a la presidenta Claudia Sheinbaum, en respuesta a sus declaraciones sobre la situación política del país andino, desde la destitución y sucesión del expresidente peruano Pedro Castillo.
La decisión se concretó este lunes 8 de septiembre durante una sesión ordinaria de la Comisión de Relaciones Exteriores, donde la propuesta obtuvo un respaldo mayoritario de 12 votos a favor contra seis en oposición.
La moción ahora avanzará al pleno del Congreso que ratificará o no esta declaración contra la mandataria mexicana.
Esta medida responde directamente a una serie de pronunciamientos de Sheinbaum, quien ha expresado públicamente su desacuerdo con la sucesión presidencial peruana y ha manifestado en múltiples ocasiones su respaldo al expresidente Pedro Castillo.

Este episodio no constituye un caso aislado en las relaciones México-Perú. Durante el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, la misma comisión ya había aplicado una etiqueta similar al mandatario mexicano, por un motivo similar.
¿Por qué declararían persona non grata a Sheinbaum?
Según los legisladores proponentes —Maricarmen Alva Prieto, Patricia Juárez Gallegos y Ernesto Bustamante Donayre—, la presidenta mexicana ha mostrado una “conducta hostil” hacia Perú desde que asumió el cargo en octubre de 2024.
También, señalan como especialmente grave que Sheinbaum haya desconocido la sucesión constitucional tras la vacancia de Castillo y se haya referido a este como el “legítimo presidente del Perú”.
El congresista José Cueto también respaldó la iniciativa, subrayando las implicaciones internacionales de las declaraciones presidenciales.
“Es una persona no grata porque ha estado reiteradamente expresando opiniones que podrán ser muy suyas, pero no hay que olvidar que las declaraciones de un mandatario tienen una connotación internacional”, argumentó el legislador.
¿Qué implica ser declarado persona non grata?
La declaración de persona non grata, aunque principalmente simbólica en el caso de un jefe de Estado, representa un deterioro significativo en las relaciones bilaterales.
Esta medida expresa el rechazo formal del Estado receptor hacia las acciones o declaraciones del funcionario extranjero, y puede traducirse en limitaciones para visitas oficiales, enfriamiento de las relaciones comerciales y culturales, y complicaciones en foros multilaterales.
En el ámbito diplomático internacional, estas declaraciones suelen interpretarse como señales de alerta sobre el estado de las relaciones entre países, pudiendo afectar negociaciones comerciales, acuerdos de cooperación y la coordinación en organismos internacionales.
La situación coloca a México y Perú en un escenario político complicado que podría tener repercusiones más amplias en la región.