La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) ha operado en secreto durante años en México para perseguir y capturar a los capos más poderosos del narcotráfico.
Una investigación de los periodistas Drazen Jorgic y Laura Gottesdiener, publicada en Reuters, detalla cómo la agencia estadounidense entrena, financia y supervisa a “unidades vetadas” dentro del Ejército y la Marina que se han convertido en las más eficaces en la cacería de líderes criminales.
El reportaje explica que estas fuerzas fueron claves en la captura de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, en enero de 2023. La CIA interceptó comunicaciones, usó información de un infiltrado y armó un “targeting package” con el que guió al Ejército mexicano hasta su escondite en Jesús María, Sinaloa.
“La CIA es el facilitador y el coordinador en algunos de los asuntos antidrogas más importantes en México”
— Frase de un exfuncionario de la embajada de Estados Unidos en México para Reuters
CIA coordina desde la embajada en CDMX la lucha antidrogas en México
Reuters describe que dentro de la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de México, la CIA tiene un rol central en la estrategia.
Sus analistas comparten piso con el embajador, mientras que agencias como la DEA o Homeland Security Investigations se ubican un nivel abajo.
Esa disposición simbólica refleja la posición dominante de la CIA como coordinador de operaciones, por encima de agencias que históricamente habían liderado la lucha contra el narcotráfico en México.
Las llamadas “unidades vetadas” son formaciones militares mexicanas cuyos integrantes son sometidos a pruebas de polígrafo, controles de confianza y entrenamientos en técnicas de espionaje.
Estas fuerzas han sido utilizadas en los golpes más sonados contra el crimen organizado y han recibido financiamiento directo de la CIA para operar dentro y fuera del país.
Fentanilo, la gran falla y la presión política sobre México
El reportaje también revela cómo la CIA, mientras vigilaba cultivos de amapola y rutas de cocaína, pasó por alto el crecimiento del fentanilo.
Los Chapitos apostaron temprano por esta droga sintética y hoy controlan gran parte del mercado, con un saldo de decenas de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos cada año. Exagentes consultados reconocieron: “We missed it”.
La presión política tampoco ha cesado. Bajo Donald Trump, Washington designó a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, lo que abrió la puerta a posibles incursiones militares.
Aunque la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha incrementado la cooperación y autorizado extradiciones masivas, ha subrayado que la “violación del territorio” mexicano es una línea roja que no se permitirá.
Un mapa criminal que no se detiene
Pese a los golpes quirúrgicos de estas operaciones encubiertas, la violencia no ha disminuido. Reuters recuerda que cada año alrededor de 30 mil mexicanos son asesinados en hechos vinculados al crimen organizado. En Sinaloa, una guerra interna entre los Chapitos y el grupo de Ismael El Mayo Zambada ha dejado miles de muertos y desaparecidos en el último año.
La investigación concluye que la CIA se ha convertido en el gran arquitecto en la sombra de la guerra contra el narco en México, aplicando ahora estrategias desarrolladas en la “guerra contra el terror”.