Mientras en México el senador Ricardo Monreal ha señalado que la reducción de la semana laboral de 48 a 40 horas no forma parte de la agenda inmediata del Congreso, en España el debate avanzaba un paso más: bajar de las 40 horas actuales a 37.5. Sin embargo, la propuesta fue rechazada en el Congreso de los Diputados por una mayoría de 178 votos provenientes del Partido Popular, Vox, Unión del Pueblo Navarro y Junts.
Este revés legislativo representa un golpe para la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien había hecho de esta medida una de sus banderas políticas. De haberse aprobado, la reforma habría establecido un máximo de 37.5 horas semanales, otorgado mayores facultades a la Inspección de Trabajo y regulado el derecho a la desconexión digital en España.
Un rechazo con peso político
El principal obstáculo fue la negativa de Junts, la derecha independentista catalana, que con sus votos decidió el destino de la iniciativa y evidenció una vez más la fragilidad parlamentaria del Gobierno de Pedro Sánchez en su segunda legislatura. Desde la tribuna, Díaz acusó a la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, de ponerse “del lado del capital” y no de los trabajadores, mientras la legisladora catalana replicó que la ministra buscaba sobrevivir políticamente a través de esta reforma.
El Gobierno, consciente de que necesita tanto a Junts como a Podemos y a otros grupos minoritarios para sacar adelante cualquier iniciativa, aseguró que volverá a intentar tramitar la norma. Por ahora, la batalla se trasladará a las calles, donde sindicatos como Comisiones Obreras y UGT convocaron protestas para exigir la reducción.
Entre la calle y el Congreso
“No todas las derrotas son derrotas; hay derrotas que se ganan en la calle”, afirmó Díaz tras la votación. La ministra recordó que la última vez que España redujo su jornada laboral fue en 1983, durante el primer gobierno de Felipe González, cuando pasó de 43 a 40 horas.
El debate en España resuena en México, donde la reducción de 48 a 40 horas laborales sigue pendiente y sin espacio en la agenda legislativa, pese a la expectativa ciudadana que mantiene el tema en la discusión pública. Sin embargo, con estos datos se puede ver la brecha en derechos laborales que sufre México, pues de 41 años, en el país norteamericano aún no se ha conseguido alcanzar esta semana laboral de las 40 horas.